2 Crónicas 7:14 (Reina-Valera 1960)
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Uff! Cuantas veces he escuchado y leído a la gente decir «es que no siento que Dios me escuche», le ha sucedido?, ha estado en esa situación?, yo en definitiva que si lo he estado, y siempre me he dado cuenta que no es que Dios no me escucha, por el contrario, porque Dios me escucha, no me responde, porque quiere que primero me escuche yo mismo y me de cuenta que es lo que le estoy pidiendo y es entonces que tomara cartas en el asunto.

Hay un famoso dicho que reza «Dios no le da alas a los alacranes», que no tengo idea de donde salio, pero me causa mucha risa cada vez que lo escucho ya que se me hace interesantísimo pensar cual fue la idea o la referencia que uso la persona que dijo este dicho para poderlo entender a fondo, peor aquí le va una idea de lo que yo pienso.

Lejos de pensar que si los alacranes tuvieran alas y esto les diera la oportunidad de picar a la gente, tenemos que ser realistas, los alacranes no tienen como objetivo el picar a nadie, lo hacen con la intención de defenderse y en ciertos casos para matar a la presa que se comerán, pero no es su intención picar a nadie, por ello el hecho de pensar que tuvieran alas es irrelevante.

La cita de hoy explica mucho esta situación, no es que Dios no quiera responderle lo que usted le pregunta o lo que usted le pide, le aseguro que todo el tiempo El le escucha e incluso le responde, pero como por lo general no es la respuesta que esperamos, no la queremos escuchar y es por eso que pensamos que Dios no nos escucha, pero en realidad va mas allá.

Es como en una telenovela, en donde tanto la protagonista y victima y el antagónico o villano se encomiendan al mismo Dios, una por protección y el otro para hacer su maldad, pero en realidad ninguno de ambos recibe respuesta de Dios ya que la protagonista resulta dañada, al menos temporalmente y el antagónico solo le va bien por un par de capítulos, ya que por lo general el bien es quien triunfa, por que es esto? Sencillo, la protagonista aunque pide protección, lo hace egoístamente y el antagónico es mas que evidente su intención.

Así que retomando lo que dije, Dios nos explica eso en la cita de hoy, puede llegar a ser que aquello que ocupa nuestra oración no tenga un sentido verdadero y honesto delante de Dios y el fin por el cual lo pedimos tampoco lo sea, por tanto, como no lleva a la eternidad, Dios no mete la mano en el asunto, hasta que escuchemos a nuestro corazón y nos demos cuenta de la verdadera intención de nuestra, que El usara todo su poder para sanarnos y prevenirnos de cualquier peligro o aflicción.

En esta mañana le quiero invitar, a que haga como yo hice anoche por consejo de 2 de mis mejores amigos, analice su corazón, piense en cada cosa por la que ora y verifique que la intención de su corazón sea la adecuada, muy probablemente entenderá que ciertas cosas no están tomadas o hechas con la actitud correcta, una vez que modifique eso, tendrá en sus manos la solución y todo el respaldo del Reino de los Cielos para llevarlo a cabo.

Rene Giesemann
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