La tecnología avanza cada día mas, es asombroso, pareciera que no nos podemos esconder de nadie ya, ya sea por Facebook, Twitter, Messenger, Blackberry o cualquier otra plataforma la gente se puede enterar de donde estamos o que hacemos, pero obvio, todo depende de que nosotros publiquemos o pongamos esa información disponible a los demás.
Me encuentro en Acapulco en un evento donde pareciera que el tema es justo eso, la comunicación, el estar disponible o visible ante los demás y la privacidad de nuestra información, hay quienes están a favor y quienes están en contra, pero la realidad es que cada día mas personas se están acostumbrando a ser observadas por el resto del mundo y no solo eso, sino lo están disfrutando, de alguna manera es interesante el saberse observado por otros, como otros simplemente lo rechazan por miedo o por el motivo que ustedes gusten.
Si aplicamos este principio a un a vida en Cristo, hay personas que no deciden el acercarse de completo a Dios por el hecho de saberse observados por Dios, aunque El lo haga este usted consciente de ello o no, pero no pude dejar de pensar en lo siguiente:
Hay un canto que en especial me gusta que empieza con la frase «con ojos de fuego y rostro de sol», que hace referencia a la cita de hoy, y fue inevitable el detenerme a meditar en el hecho de que los ojos de Cristo son de fuego y quienes no tienen una cercanía con El, podrían pensar que su mirada podría quemar como símbolo de un castigo por el pecado en nuestras vidas, pero esto va mas allá de eso.
Si realmente tuviéramos la conciencia de que Dios nos observa en todo momento, actuaríamos de manera diferente, pero imagine ir mas allá, imagine ser observado con ojos de fuego, es decir que como metal precioso seamos refinados por medio de la mirada de Cristo, es decir que lejos de sentirnos juzgados por su mirada permitamos que el constante estar siendo observados por El, elimine las impurezas en nosotros como cuando el oro o la plata son refinados por medio del fuego y eso es lo que les da el verdadero valor, es decir, entienda que el estar en constante observación por Dios eleve nuestro valor, no delante de los demás solamente, ¡sino de Dios mismo!.
Le aseguro que si la plata y el oro pudieran hablar, nos dirían que pasar por el proceso de refinamiento (es decir por el fuego) no es fácil, pero vale la pena cuando logran ser considerados los materiales mas finos y preciosos que existen, por tanto, podríamos decir que requiere de mucho valor, el ponernos delante de la mirada de fuego de Dios para que nos purifique por medio de ella e incremente nuestro valor, a lo que le quiero preguntar lo siguiente el día de hoy:
Que espera para aumentar su valor?, el ser observado por el mundo por medio de las redes sociales, puede ser que incremente el valor que otros perciban en usted, pero el ser concientemente observado por la mirada de fuego que purifica, ¡garantizadamente aumentara su valor delante de Dios!, ¡¿que espera?!