Santiago 1:6 (Reina-Valera 1960)
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Usted ha pedido o esta pidiendo algo a Dios?, mucho?, cada cuando?, que tan constante?, siempre pide lo mismo?.
Creo que es difícil que pasemos un tiempo en el que no tengamos algo que pedirle a Dios, pero la pregunta que siempre me hago cuando veo a las personas en necesidad es: cuanto de lo que piden reciben?.

Recuerdo el ultimo tiempo que viví en Monterrey ya hace algunos años en los que tenia una sensación de que podría pedirle a Dios lo que fuera y respondería de inmediato, era tal mi seguridad que incluso me di el lujo de escoger que es lo que le pediría a Dios, y cual fue mi sorpresa que empecé a repasar las cosas que le había pedido a Dios y que no habían sucedido aun y encontré que tenia no un par, ni decenas, sino cientos de cosas que jamás sucedieron porque simplemente deje de orar por ellas!

Mi caso no es un caso aislado, son miles y miles de personas que piden por un momento y no lo reciben como esperaban y simplemente se desaniman y dejan de pedir, o el peor de los esquemas, dejan de pedir porque se imaginan que «Dios así lo quiso».

Una de las citas de la Biblia que me ha acompañado por mas de 21 años en mi diario vivir es el Salmo 37:4-5:
Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.

Esta palabra se ha hecho viva en mi vida el día que aprendí a deleitarme en Dios, es decir el día que aprendí su palabra, la puse en obra y disfrute el hacerlo, y sabe que?, desde ese día aprendí que mi oración sea mas efectiva cada vez, porque por conocer mas a Dios, entiendo su corazón y se que así como cualquier hijo, puedo llegar a El y saber que y como pedirle para que nunca me quede con las ganas de nada.

No existen tales cosas como «Dios no quiso», eso es una mentira, puede llegar a ser que nuestra oración o petición tal vez no este alineada del todo con la justicia o la manera que Dios las pide en su palabra, pero rara vez he escuchado que diga que no, si le damos entrada a Dios en nuestra oración y le permitimos que participe, y nos tomamos un tiempo para que nuestra conversación con El sea de dos vías, es decir un dialogo, se dará cuenta que partes de su oración no están correctas o que parte de lo que pide no es de acuerdo a la voluntad de Dios, tal vez tenga que pedir diferente o algo my parecido a lo que originalmente pedía, pero jamás se ira de la presencia de Dios con un no rotundo.

La cita de hoy nos habla de eso, nos dice que seamos firmes y constantes en el pedir y que no cambiemos nuestra oración y nuestra petición porque no vemos el cumplimiento inmediato para que no seamos como las olas que van y que vienen y yo en lo  personal agregaría: y de vez en cuándo (bueno mas bien muy seguido) hagas una pausa y escuche, lo que Dios opina acerca de su petición, le ayudara a recibir mas y mas rápido.

Rene Giesemann
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