1 Juan 3:16 (Reina-Valera 1960)
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Estos días de «Semana Santa» y «Pascua» han sido de gran reflexión para mi y no lo digo por el hecho de las fechas, sino que Dios ha hablado de constante a mi corazón acerca de el hecho de que hemos sido llamados a ser imitadores de Jesús (1 Cor 11:1), y en esto hay gran confusión ya que desafortunadamente pocos entienden el verdadero significado de lo que Jesús hizo y el efecto que tiene en nosotros.

Cuando pienso en los hombres de la biblia, tengo a mis favoritos, David y Abraham, me emociona el ver como Dios fundamento y perpetuo a su pueblo por medio de ellos y la manera tan especial de tener una intimidad con el Todo-Poderoso, pero cuando pienso en que es lo que aspiro en mi vida de Fe, es a llegar a ser como Pablo el Apóstol, ya que siendo el único que no conoció cara a cara a Jesús (de entre los Apóstoles de su época), fue capaz de escribir prácticamente el 80% del nuevo testamento, es decir el evangelio por el cual vivimos el día de hoy, y creo (casi estoy seguro) que fue de esta manera, para poder demostrarnos que no era necesario haber caminado junto a Jesús de manera física para conocerle profundamente y tener una relación intima con El, por el contrario, la nueva modalidad que nos fue dada tras su muerte y resurrección por medio del Espíritu Santo, puso a Jesús mas a nuestro alcance que nunca, y para muestra un botón, Pablo!.

Pablo fue un hombre radical, que así como persiguió Cristianos, fue capaz de dar su vida por ellos cuando conoció a Jesús, y con esto le pido que por favor no lo interprete en el hecho de que pudo haberse quitado un trozo de pan de la boca para dárselo a un desamparado, que no dudo en ningún momento que lo hizo en multitud de ocasiones, pero mas bien me refiero a que dio su vida para que todos conociéramos de Jesús, para que fuéramos objeto de su Espíritu Santo y disfrutáramos de cada uno de sus beneficios, nos dejo una guía detallada de cómo vivir en la gloria de Dios y no para tener comodidad en nuestra vida terrenal, sino asegurar nuestra vida diaria.

En varias ocasiones he hablado de personas que hacen obras de caridad para lavar sus conciencias, y no estoy en contra de ellas, de hecho todo lo contrario, mi Padre fue un hombre con un corazón especial, mi familia y yo crecimos en las cárceles y en las rancherías ayudando a cuantos podíamos, pero a lo que voy es que siempre habrá pobres a quienes ayudar, pero si no aseguramos mas allá de que tengan el día de hoy algo que comer, o el día de mañana algo que estudiar, y olvidamos el enseñarles y asegurarles la vida eterna, de nada nos habrá servido, porque por un lado habremos desperdiciado nuestro tiempo en cosas «bonitas» y por otro lado habremos distraído a nuestros prójimos de «EL» objetivo para el cual fueron creados y lejos de ayudarles, les habremos sido de tropiezo.

La cita de hoy me emociona al grado de ponerme la piel chinita, nos habla de que hemos conocido el amor por que Jesús dio su vida por nosotros y nos exhorta a que así lo hagamos por nuestros hermanos, y tiene perfecta relación con la cita acerca de ser imitadores de El, pero así como hizo El, que en vez de hacer solo cosas «lindas», nos apeguemos a la palabra de Dios, que en ocasiones puede parecer ruda con respecto a nuestros hermanos o nosotros mismos, pero con un efecto directo en la eternidad.

El día de hoy, le invito a que si alguna vez ha expresado con su boca «amo a Dios», se cuestione cuantas veces ha reflejado este amor en hacer actos que simbolicen dar la vida por los demás con el efecto de la vida eterna, si no puede recordar muchos, no se preocupe, hoy mismo puede empezar!!

Rene Giesemann
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