Cuando salimos a comer, por lo general nos gusta ir a buenos restaurantes, bueno a la mayoría, ya que estos lugares nos proporcionan buena comida y entre mas exclusivo sea el lugar, mayor es la garantía de que haya un buen Chef en la cocina quien se dedico a diseñar el menú del lugar y después de ver cientos de reseñas de restaurantes, me he dado cuenta que a los buenos Chefs les gusta cocinar cada vez más con productos naturales y que sus platillos se cocinen y diseñen lo mas a detalle posible y menos en masa, eso le da un valor al producto y demuestra el amor que hay detrás de ello.

Existen otro tipo de Chefs, que no son tan «Gourmet» como los que acabo de comentar, pero que sus comidas son mucho más apreciadas y más ricas que las de cualquier restauran, ya que tienen la capacidad de dejar una clara imagen del color, olor y sabor en nuestros sentidos, nuestras mentes y en nuestros corazones, su ingrediente secreto es el amor y estos Chefs los tenemos en casa, los llamamos «Mama».

La comida hecha con detalle y con amor es más rica, por ello estamos dispuestos a pagar un precio alto por ellas o bien dejamos de hacer lo que sea por comer un rico platillo de Mama, ciertamente es genial cuando la mía viene de visita y hace su famoso «Chile Colorado» y nos consiente aunque eso le signifique sacrificar un poco de su tiempo de vacaciones y descanso.

Vivimos cada día mas en un tiempo de cosas y resultados rápidos, de hecho cada día hay mas comida de «Microondas» la cual solo es rápida, no sabe también, es casi nula en nutrientes, pero cumple con el requisito de alimentarnos, vaya que diferencia contra el alimento del Chef o el alimento de Mama ¿no lo cree?

Pues así son también muchas veces las acciones que tomamos con respecto a quienes están a nuestro alrededor, hay personas que expresan su afecto a modo de «Microondas», es decir, ayudan a cuanta causa se les invita, compran todos los boletos de rifas a «beneficio de…» o bien hacen actos donde otros los ven pero lo hacen sin la intención de satisfacer a alguien como lo haría un Chef y en definitiva sin el amor y el empeño de Mama.

Con esto quiero llamar su atención a lo siguiente, no es importante que demos dinero o tiempo a los niños de la calle si no somos capaces de involucrarnos con ellos, no es importante que enviemos fondos a Haití, sino somos capaces de orar por estas personas, ya cada día se habla menos de Haití en las noticias y cuando menos nos demos cuenta nos habremos olvidado de su problema, mas sus problemas seguirán vigentes, de hecho por eso nos sucede que sin darnos cuenta participamos en muchas cosas porque hemos perdido la capacidad de involucrarnos a detalle con las personas, hacemos las cosas cada día mas sin amor y mas al estilo «microondas».

La cita de hoy nos habla de eso, no importa la cantidad de lo que haga, sino el amor con el que lo haga, si lo piensa bien, los restaurantes muy finos, tienen pocos platillos en su menú, ya que los platillos que se sirven son hechos a detalle y le aseguro con el amor del Chef para crear para usted una gran experiencia, si hace memoria, ni su mama ni la mía tienen un gran repertorio de platillos, pero el amor que ponen en ellos le da el mejor sazón jamás probado, así mismo debemos hacer con aquellos a quienes ayudamos, no importa las cantidades que reunamos o generemos, involucrémonos con aquellos a quienes ayudamos para que el amor que les demos sea lo que más impacte sus vidas y alegre al corazón de Dios.

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