Eclesiastés 9:11 (Nueva Versión Internacional)
Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos.
En la biblia se habla en muchas ocasiones de una carrera, Pablo el Apóstol la menciona en varias ocasiones en sus cartas y Salomón la menciona también, lo interesante es que pareciera que hoy en día corremos una carrera con Dios como si le pudiéramos ganar a algo, en vez de correr una carrera hacia Dios.
Recuerdo bien que mi Pastor en Guanajuato solía decir, «todos quieren ver a Dios pero nadie quiere morirse, siendo que será la única manera de verlo», esta frase que decía él está llena de verdad, pero no la dimensionamos, ya que todos nos creemos más inteligentes que Dios y creemos que podemos acomodar lo que es El a nuestra comodidad y conveniencia.
La realidad es que deberíamos de correr una carrera hacia Dios, pero lo más interesante es que la podemos correr de la mano de Dios, El es el más interesado de que lleguemos a la meta.
La cita de hoy en especial me gusta, ya que nos recuerda claramente cuanto nos esforcemos, cuando nos empeñemos en algo, nada sucederá antes de tiempo, pero no de nuestro tiempo cronológico, sino del tiempo de Dios (Kairos), las buenas noticias son que podemos hacer que ese tiempo suceda lo antes posible, pues mas allá de afanarnos por «ser buenos» o «aplicados» en algo, solo tenemos que aprender a conquistar el corazón de Dios, una vez logrado esto, seremos los primeros en llegar a su presencia y llegar al lugar que El tiene para nosotros antes que cualquiera.
El dia de hoy le invito a que reflexione en que su futuro no está en sus manos, sino en manos de Él, deje de correr contra Él y corra hacia El vera como sus resultados serán aun mejores de lo que espera y de lo que podría lograr con sus propias fuerzas.
Rene Giesemann
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