Proverbios 13:4 (Reina-Valera 1960)
El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.

En la vida atravesamos por todo tipo de situaciones y confiamos en que siempre nos irá bien, si así pasa y queremos vernos de cierta manera «espirituales» y decimos que Dios nos envió algo o si no nos va bien decimos que Dios nos castigo o bien que así lo quiso El, sin darnos cuenta muchas veces que lo que nos sucede en la vida no tiene nada que ver con El.

El otro día tomaba una larga caminata en la playa y fantaseaba con las cosas que me gustaría hacer y sin darme cuenta me perdí tanto en mis sueños que me di cuenta que prácticamente había dejado de caminar, mi paso era tan lento que no había avanzado prácticamente y me di cuenta que mi tiempo dedicado a ejercitarme un poco en la mañana se había consumido, esto me dio mucho coraje, porque al fin de cuentas mis sueños eran solo eso, sueños, pero el poco tiempo que tenia para ejercitarme ya no era, pues lo había usado en otra cosa, a lo que recapacite en la siguiente frase:
«Si tus sueños no te llevan hacia adelante, solo estás perdiendo el tiempo»

Esto dado el ejemplo que recién mencione, lo digo con conocimiento de causa, pero no es algo poco común, por el contrario, conozco cada día mas personas que invierten su tiempo en soñar algo que solo por el hecho de suceder va a cambiar sus vidas, pero que no tiene nada que ver con ellos mismos y la necesidad de ellos cambiar sus vidas para poder cumplir sus sueños, no sé si lo puse claro, pero ahí va de nuevo de forma estructurada:
No es posible que el cumplimiento de un sueño cambie nuestra vida, pero si cambiamos nuestra vida, es muy probable que nuestros sueños se cumplan.
La biblia menciona los sueños como anhelos, y creo que usa este término ya que es más adecuado, un anhelo tiene un fundamento, un sueño corre el riesgo de ser una fantasía, lo interesante es que Dios jamás va a cambiar nuestras vidas, esa parte nos toca a nosotros, pero si tiene la capacidad de cumplir nuestros anhelos, hoy en día pareciera que el mundo funciona al revés, queremos que Dios cambie nuestras vidas para que nos atrevamos a vivir nuestros sueños, irónico no?.

Cuando aprendemos a conocer el carácter de Dios, entendemos claramente lo que podemos y no podemos pedir a Dios, es ilógico que un delincuente se encomiende a Dios cuando esta apunto de realizar una fechoría y le pida que todo salga bien, obviamente Dios no intervendrá en eso, sin importar que la fechoría se lleve a cabo con o sin éxito, si tiene éxito pudo ser suerte o simple destreza del que la realizo, es decir y en pocas palabras, Dios jamás hará nada que vaya en contra de su palabra, de hecho la biblia lo dice, Dios es fiel, pero no a los hombres, sino a su palabra y todo lo que en ella dice tiene un cumplimiento en nuestra vida diaria.

Por tanto, si es usted un soñador, le recomiendo que avale sus sueños con la palabra de Dios, obvio, no hay Ferraris en la biblia, pero si hay un deseo de prosperidad y abundancia en el corazón de Dios para con sus hijos, pero ninguno de estos va acompañado de pecado o prácticas ilícitas, Dios a todos los hombres que lo siguieron en la biblia, los prospero y los llevo a mas, pero todos soñaban o más bien anhelaban cosas de acuerdo a la voluntad de Dios, y se atrevieron a creer, que me dice de usted, sus sueños lo llevan adelante, o solo lo detienen en su caminar por la arena?

Rene Giesemann
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Un comentario

  1. Alberto

    Excelente!!

    Gracias, saludos.