Lucas 11:9 (Nueva Versión Internacional)
Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta.

Entre más tiempo paso en presencia de Dios, mas me convenzo que llevo mucho tiempo de retraso en mi vida, y no lo digo como algo malo, pero me doy cuenta de manera diaria que muchas bendiciones por las cuales he estado orando por años han estado ahí desde siempre ya que Dios es fiel, pero no había visto mas allá de mi necesidad.

El recibir una bendición es una cuestión dinámica y no una cuestión pasiva, en el devocional de ayer leíamos que tenemos que poner un poco de acción que acompañe nuestra fe, y la acción se puede definir de muchas maneras, pero la cita de hoy lo ejemplifica de una manera muy clara.

La cita de hoy nos enseña que si pedimos senos dará, pero no dice que llegara a nosotros por el hecho de haberlo pedido, sino tenemos que buscarlo y una vez que lo hayamos encontrado, tenemos que llamar a esa puerta y entrar por nuestra bendición.

Todo regalo de Dios es un beneficio para tener una vida mejor, es decir nuestra vida tiene que cambiar por ello, pero muchos piden, reciben y viven la misma vida de siempre es decir, no aprovechan ese regalo que han recibido para transformar su manera de vivir.

Me encuentro en este momento en un autobús viajando de Guadalajara  a Morelia, cuando me disponía a escribir el devocional me sentía distraído por la película que era proyectada, se trataba de un famoso jugador de Football Americano quien después de 8 años se entera que tiene una hija, ya que esta viene a visitarlo, como es de esperarse el acoplarse es difícil, hasta que terminan perdidamente enamorados el uno del otro, como Padre e Hija, pero se separan por pensar que así mejor conviene a la niña, cuando ella se va, el se da cuenta de que su vida no es igual, sus hábitos de soltero ya no eran los mismos, el ya tenia hábitos de papa, ya había buscado la manera de serlo, pero le faltaba el último paso, el tocar a la puerta y  reclamar esa hija quien le correspondía, por ser parte de su sangre.

Este hombre recibió la bendición que necesitaba, tuvo que buscar la manera de vivir su bendición  y la encontró y dio su siguiente paso, y toco le fue abierto, así podemos hacer nosotros también, hay quienes oran porque sus finanzas sean sanadas, pero no buscan la manera de que así se mantengan y no tocan a la puerta del fruto del dominio propio que la palabra nos promete.

Mi invitación del día de hoy es a reflexionar,  por cuantas bendiciones ha orado que no esté seguro que haya recibido, cuántas de ellas, parecían que ya estaban aquí y de pronto no se materializan?, está seguro que ya hizo todo conforme a la instrucción que nos dejo Cristo?, Ya pidió, busco y toco?, si no es así, creo que ya tiene más que claro lo que tiene que hacer, no permita que ninguna bendición le sea retenida, arrebátela! Ya es suya!

Rene Giesemann
giesemann@gmail.com
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