2 Timoteo 1:6 (Reina-Valera 1960)
Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.

El amor de Dios es como un fuego, es un fuego que quema pero no para lastimar, sino para dar impulso y energía, pero como todo fuego, necesita ser avivado y se le necesita estar acercando algo que quemar, si esto se acaba, al igual que todo fuego tiene el riesgo de apagarse.

Me encanta la idea de que Dios haya escrito en su palabra que su amor y su Espíritu son como un fuego, todos necesitamos del fuego pero a su vez todos tememos al fuego, ya que es de gran utilidad para el hombre pero realmente nadie lo sabe manipular tener temor a Dios es sabio lo sabia? (Prob. 1:7).

Agua Caliente

Tengo la costumbre de bañarme con agua fría, la verdad me encanta y viviendo en la costa es algo común pero me he dado cuenta que mis visitantes no son tan afectos como lo soy yo, así que cada vez que vienen visitas a casa, tengo que prender el famoso «boiler» (como le decimos acá en México), ahí es donde empieza el dilema, en realidad no soy muy diestro en los artes del mantenimiento del hogar y en especifico le temo de gran manera al fuego y a la electricidad, por ello el prender el boiler es todo un lío para mi, ya en ocasiones anteriores me ha dado uno que otro flamazo!, pero no ha pasado del susto, pero al ver la cara de mis visitantes que se dieron un baño caliente después de pasar un día en la playa, me queda una sensacion haberles servido como se merecen y la duda si es que no me baño con agua caliente por costumbre o miedo al boiler! hahaha!.

El fuego calienta el agua, el agua es usada como símbolo de la palabra de Dios en la biblia, y así como el fuego en lo natural calienta el agua para darnos un rico baño cómodo, la palabra de Dios se ayuda del calor del Espíritu Santo que es el que trae la revelación a nuestras vidas, eso es lo que hace diferente a la Biblia de cualquier otro libro, la biblia no se lee con el entendimiento sino con la instrucción del Espíritu Santo, lo sabia?.

Hay personas que saben mucho de la palabra de Dios, hay otras que saben muy poco de ella, pero ambas son iguales si ninguna de las dos se acompaña del Espíritu Santo, ya que una sola frase acompañada de El, tendrá un significado grande, trascendente y profundo que puede cambiar nuestras vidas.

En ocasiones anteriores he comentado en este devocional que las personas suelen sospechar que Dios ha actuado en sus vidas, o bien que Dios les hablo, hay quienes alguna vez han abierto su biblia al azar y visto una parte de la palabra que les ha ayudado, no me atrevo a decir que esto no es Dios quien lo envía, pero estoy seguro que no es el tipo de lectura ni relación que Dios espera tener ni con usted, ni conmigo, por el contrario, El espera que nos tomemos de ese Espíritu y que profundicemos en esa palabra para que podamos aprender de lo que El nos quiere decir por medio de su Espíritu que complementa esas letras.

Muchas personas me preguntan que como hago para escribir cada mañana este devocional, la respuesta es sencilla y difícil a la vez, la persona que mas aprende de lo que escribo cada mañana soy yo, Dios habla a mi corazón cada mañana, y su Espíritu Santo le da significado a esas palabras que se transforman en el conocimiento que transmiten estas lineas, una de las cosas que ha logrado avivado este fuego que hay es el amor que he aprendido a tener a las personas y el amor que recibo, creo que no pasa un día sin que reciba palabras de agradecimiento, solicitudes de personas en necesidad, simples saludos y muchas, muchisimas personas que me comparten que estoy en sus oraciones, que declaran fracciones y promesas de la biblia sobre mi vida y le ponen de ese Espíritu que esta en ellos que sopla y aguza el fuego que hay en mi corazón, es asi como se crea este devocional de manera diaria.

El día de ayer tuve que la oportunidad de desayunar con mi Pastor y amigo y le ponía al día sobre mi vida, lejos de solo escucharme, tomo de la palabra de Dios, la combino con el amor que tiene hacia mi y fuera de consolarme, me animo y me echo porras para seguir adelante, sus palabras fueron como un aire fresco, muy fresco que me animo, avivo mi fuego y puso en mi un animo nuevo de quitar de mi vida aquellas cosas que me detenían de llegar al siguiente nivel en mi vida, uff! solo escribirlo me ha hecho temblar.

Por ello el día de hoy le invito, no a que solo lea estas lineas y se anime, sino que le pida a aquel que le dio la vida y luego murió por usted para asegurarle la vida eterna, que ponga en usted ese Espíritu para que su fuego caliente las palabras que saldrán de su boca, para que den aliento, confort y una sensacion agradable a aquellos que las reciban, que lo que salga de su boca, sea como el agua caliente que hace a mis invitados sentir como en casa.

Rene Giesemann
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