Josué 23:5 (Reina-Valera 1960)
Y Jehová vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis sus tierras, como Jehová vuestro Dios os ha dicho.

Todos hemos sido diseñados para ser bendecidos, aunque muchos lo sospechan solamente y no tienen esa certeza, ya que desconocen el propósito de Dios en sus vidas, es algo así como salir a la carretera sin rumbo, saben que llegaran a algún lado, pero en realidad no saben a donde, tal vez en el camino encuentren pistas pero a menos que se detengan a definir el rumbo no lo sabrán nunca, ni cuan lejos o cuan cerca se encuentran aun.

En mi estudio personal viene una y otra vez el tema de la tierra prometida, como ustedes saben, el pueblo de Israel fue sacado de Egipto para ser llevado a la tierra prometida, solo que tardo 40 años en llegar, cuando si hubieran simplemente caminado en linea recta hubieran llegado solo en unos meses, pero no iban como el paseo en carretera que mencionaba previamente sin rumbo, sino que iban siguiendo la guia de Dios, quien tenia un propósito para con ellos.

El pueblo de Israel llego a Egipto como su medio de salvación en los tiempos de José y termino siendo esclavo, paso cientos de años ahí, de manera que olvido el carácter de favorecido con el que había entrado al país, asi que en su naturaleza se había impregnado la idea de ser esclavo toda la vida, el pueblo clamaba por ser liberado pero la realidad es que no sabia hacer otra cosa mas que esclavo; Dios había escuchado sus ruegos y había prometido libertarles y desde tiempos de Abraham había prometido que la tierra de Canaan seria su tierra prometida, solo que había un detalle, esa tierra estaba habitada y había que ir a sacar a quienes la habitaban de ahí, pero como iba a ir un grupo de esclavos a echar fuera a quienes poseían esa tierra desde cientos de años?.

Dios tal como lo hace ahora, conocía a sus hijos, los conocía a detalle y sabia que tenían un carácter especial, lo llamo un pueblo terco (Éxodo 32:9), pero sabia que lo había formado con todas las características para ser un pueblo conquistador y que solo tenia que trabajar en sus hábitos durante un tiempo y serian de nuevo aquel pueblo que esperaba que fueran y que poseerían aquella tierra que les prometió, pero tuvo que trabajar durante 40 años con ellos hasta que estuvieron listos, imaginese! el pueblo estaba equipado en su interior con lo que necesitaba para conquistar, pero su necedad les hizo tardar 40 años!.

Hoy en día no vivimos diferente de entonces, todos (si todos) tenemos una serie de bendiciones designadas específicamente para nosotros, promesas que están escritas en la biblia, y se lo pongo así de fácil, la biblia dice en sus inicios (génesis) «no es bueno que el hombre este solo» eso es una garantía para que tanto usted como yo tendremos una pareja ya que fue el plan de Dios, solo que es nuestra decisión el hacer lo contrario y no encontrar ni tomar esa pareja, todos hemos sido diseñados para ser exitosos, en todos los sentidos, solo que muchos no quieren cambiar esos hábitos que los alejan del éxito, todos hemos sido equipados con lo necesario para imitar a Cristo y hacer cosas aun mas grandes que las que hizo El, por medio de su Espíritu Santo, pero pocos se atreven a hacerlo, pero lo mas interesante de todo, es que todos decimos querer ser mas bendecidos!, no lo entiendo (y con esto lo digo empezando por mi mismo).

En el momento que decidimos hacer a Jesús el Salvador de nuestra vida, es como salir de Egipto, en ese momento somos hechos libres, en ese momento empezamos a recibir promesas y a ser formados en nuestro carácter, pero eso aun no nos acerca a nuestra tierra prometida, claro en el camino nos pasaran cosas asombrosas (al pueblo de Israel no se le desgasto la ropa en 40 años, el alimento bajaba del cielo diariamente), pero no son parte de la bendición, sino de la preparación para ella (no se conforme con eso!), solo que nos gusta ir tomando las cosas poco a poco, y pareciera que estamos esperando que pasen 40 años para tomar aquello que nos corresponde por promesa, solo que se nos olvida una cosa, 40 años no es una promesa, sino que si este tiempo pasa y usted y yo no estamos listos, no entraremos como conquistadores y tal vez seamos expulsados!, lo cual nos da una garantía por otro lado, si nos esforzamos por adquirir el carácter de Cristo y tomar sus promesas como ciertas, podemos hacer que esos 40 años sean reducidos y que nuestra promesa este solo a la vuelta de la esquina.

Rene Giesemann
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