Esta mañana me tuve que sonreír al pensar cuantas veces en mi vida estaba en situaciones difíciles y me dije a mí mismo «esto no es vida!», ¿le ha pasado?
La cita de hoy en especial me hizo abrir los ojos, hay cosas de nuestra vida cotidiana en la que no incluimos a Dios, a veces en las finanzas, a veces en el amor (creo que esta es de las más frecuentes), en el trabajo, en la educación de nuestros hijos, etc., y es por el simple hecho de que no conocemos que es lo que Dios espera, quiere o nos dejo escrito acerca de ello.
Es difícil empezar a buscar a Dios en lo que queremos, si oramos a Él y se lo pedimos, pero no lo involucramos realmente, no lo hacemos participe, ya que en el fondo tenemos miedo de darnos cuenta que tal vez no es lo correcto o lo mejor para nosotros y tengamos que renunciar a ello o a la manera en la que lo estamos perseverando.
La cita de hoy dice que quien no tiene al hijo no tiene vida, es decir, si usted quiere vivir bien, tiene que estar dispuesto a incluir a Dios en todo aquello en lo que no ha podido o querido (¡ouch!, acabo de recordar un par de cosas, en las que lo tengo que dejar entrar en la mía), para que si de acuerdo a su voluntad tenemos que dejarlo a un lado, nos podamos dar cuenta de que es lo que El tiene preparado para nosotros y que seguramente es mejor, o tiene un mejor medio para llegar a aquello por lo que oramos.
Este día es mi invitación a que tenga esa vida y vida en abundancia que vino a darnos Jesús, simplemente hágale parte de todo en su vida, no de poco en poquito, sino en todo y de golpe, la biblia nos habla de que tenemos que dar un culto racional a Cristo (Romanos 12:1), es decir no es algo que tengamos que sentir, sino que tenemos que empezar por querer conscientemente y perseverar en ello para que sea efectivo.