Recuerdo muy bien a una amiga que me decía «cada vez que me acerco a Dios me pasa algo malo», esta situación a mi me causaba algo de gracia ya que pareciera un hecho común, mas es un verdadero mito el que esto pudiera llegar a suceder, por el contrario, todos sabemos que al acercarnos a Dios, estamos mejor que en ningún lado, simplemente porque nos ponemos a la vista del todopoderoso quien tendrá cuidado especial de nosotros.
Me imagino que aun así muchos insistirán en que les han pasado cosas malas al momento de acercarse a Dios (incluida mi amiga que esta en este momento en monterrey leyendo estas líneas), pero le explicare que es lo que pasa.
Por lo general nos acercamos a Dios en momentos de necesidad o de gran susceptibilidad, es bonito el sentir esa cercanía de Dios cuando oramos a El, o las palabras que alguien nos da como confortamiento, por tanto nuestra expectativa hacia Dios se eleva y quisiéramos que de alguna manera «mágica» nuestro entorno cambiara o nuestros problemas se solucionaran instantáneamente, mas no es así.
Al acercarnos a Dios, El puede perdonar nuestros pecados, si se lo pedimos y los olvidara para siempre, pero no puede evitar sus consecuencias, a ellas seguimos expuestos y tal vez algo de lo que le pasa pueda tener relación con su pasado.
Mas lo que si puede hacer es modificar nuestro futuro, porque aun las personas que pretendieran hacerle daño, sin motivo alguno se alejaran si usted permanece fiel al Señor, usted solo tiene que confiar y ponerle (a Dios) en el primer lugar de su corazón, conocerle y despreocuparse de lo malo que le pudiera acontecer.
Es tan sencillo como esto: los enemigos de Dios son la tristeza, la ansiedad, la pobreza, el rencor, la falta de perdón, los que le quieren lastimar, aquellos quienes hablan mal de usted, según su palabra, todos ellos y muchos más desaparecerán si usted le levanta (a Dios) al lugar más alto y mas especial en su vida, ¿lo quiere intentar?