En estos tiempos el estrés está presente en todos lados, todos de alguna manera nos dejamos envolver por él y somos víctimas de sus consecuencias.
En la vida cotidiana nos hemos vuelto cada vez menos tolerantes a los factores externos, vivimos cada día mas acelerados y tendemos a reaccionar de manera negativa más fácilmente y lo peor es que cada vez reflexionamos menos en ello.
Ayer platicaba con mi madre al teléfono sobre los tiempos en los que vivimos, como cada vez las cosas se tornan más difíciles, pareciera que la gente ha perdido la noción de que vivimos en un mundo creado por Dios y el objeto de vivir en el es agradar al que lo creo.
Afortunadamente Dios tenía todo esto contemplado y nos ha dado la oportunidad de hacer la diferencia, en un mundo donde todos parecieran ir en la dirección equivocada, tenemos la oportunidad de hacer lo correcto, así como nos enseña el proverbio de hoy, es una receta infalible, siempre funciona, por que por lo general la gente cuando está molesta lo expresa fuertemente porque de cierta manera está preparada para recibir una respuesta igual de agresiva, pero si entendemos esto y rompemos con el patrón de agresividad, podemos dar soluciones inteligentes a nuestras situaciones, ayudar a otros a calmar su ira y serle de bendición.
¿Esta usted dispuesto a pasar de víctima de una agresión a bendición para esa persona?