Cuando el hombre habitaba en el edén fue advertido de que si tomaba del árbol le la ciencia del bien y del mal ciertamente moriría, por ello temía de hacerlo, mas el tentador vino y trajo confusión a su vida y le engañó diciendo que no moriría, mas seria como Dios y con ello logro tentarlo y tomo del árbol de la ciencia del bien y del mal, comió de El y después su vida jamas fue igual…

Muchas personas tienen la creencia de que Dios es un Dios castigador, pero no lo es, Dios es un Dios que quiere que a usted y a mi nos vaya bien, pero nos dio un numero de reglas y lineamientos a seguir para que nos aseguremos de vivir adecuadamente y siempre dentro del limite del bien, el mejor regalo que Dios nos puede dar es la vida, pero no solo la física sino la espiritual, y se lo voy a explicar…

Cuando Cristo vino al mundo había un grupo de niños que se le querían acercar y el dijo la muy mencionada frase «dejad que los niños vengan a mi», pero después dijo lo realmente importante «por que de ellos es el reino de los cielos», esto quiere decir que tenemos que tener una condición de niños (inocencia) para poder aspirar a habitar en el reino de los cielos, así como el hombre cuando habitaba en el edén, cuando lo hacia, habitaba desnudo y no le importaba por que no veía le deferencia entre eso y estar vestido, su mente estaba ocupada en las cosas de Dios y no las de los hombres, al tomar del árbol de la ciencia del bien y del mal, se percato de que estaba desnudo y se tapo con unas hojas de parra, ¿que es lo que fue diferente?, muy sencillo, el hombre murió a su inocencia, esta es dada por el Espíritu de Dios, cuando tomo del fruto, murió, no física pero si espiritualmente.

Así nos sucede cuando hacemos aquello que no es adecuado, nos sentimos mal y en parte como si hubiésemos muerto hay algo dentro de nosotros que no se siente bien, mas lo importante es que tenemos una promesa, la de Jesucristo, que ha prometido que si confesamos nuestro pecado, El lo perdona pero lo mas impactante, es en ese momento que nos da un Espíritu (antes de eso somos solo cuerpo y alma), el cual nos da la calidad de niños espirituales con la inocencia que necesitamos para habitar en su reino aquí en la tierra, asombroso ¿no?, de ahí, es solo nuestra responsabilidad que conservemos ese Espíritu, para que sea agradable ante el Padre y podamos vivir plenamente.

Es asombroso como el acto de un hombre condeno a la humanidad a caminar en tinieblas y en muerte espiritual, pero mas asombroso aun es como el acto de uno que se hizo hombre (Cristo) pudo lavar los pecados aun no cometidos de los hombres, y regresar la vida a aquellos que caminaban en pecado.

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