El otro día me preguntaban la diferencia entre ser criaturas de Dios o hijos de Dios, ya que el entendido general es que todos somos hijos de Dios, cuando en realidad no es así.

Dios es un caballero, el nos ha dado el libre albedrío, el cual nos da autonomía y la oportunidad de escoger el camino que mejor nos parezca, aunque ese no fuere el camino que El diseñó para nosotros, el puso delante de nosotros las opciones de hacer lo bueno o lo malo y de ser sus hijos o continuar siendo simples criaturas.

La cita del día de hoy esta en el libro de Deuteronomio, en los tiempos en que el pueblo entraría pronto a la tierra prometida, y les recordaba a los Judíos la ley que les había dejado, les recordaba las bendiciones y maldiciones que podían tener a causa de su comportamiento y la oportunidad de escoger entre la vida (eterna) o la muerte (eterna)

Este día mi invitación es a que reflexione sobre lo siguiente: cada año en estas fechas se avivan sentimientos de fraternidad, arrepentimiento y buenas intenciones, los cuales van quedando en e olvido conforme pasa el año para que el año siguiente suceda de nuevo, haga usted mismo un propósito, no de año nuevo, sino desde hoy, tome la decisión a favor de la vida que Cristo le da, confiésese a si mismo como hijo de Dios, y aprenda a vivir como tal, si no sabe como, acérquese a su iglesia local o a algún hijo de Dios que usted conozca y aprenda a caminar en bendición.

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