Este día ha sido un día complicado, hubiere querido escribir este devocional desde temprana hora pero las circunstancias lo impedían, trataba de llegar a Costa Rica y he dado un Tour por Centro América desde el día de ayer a medio día y aunque usted no lo crea, ha sido una gran enseñanza por parte de Dios.

Tras de varios intentos de intentar aterrizar anoche y visitar aeropuertos alternos, decidieron enviarnos a Guatemala lo cual esta mas cerca de casa y mas lejos de mi destino final de lo provisto, en pocas palabras el día entero fue perdido y me perdí de un evento al cual me había comprometido asistir, en fin, cuando veía lo que pasaba y como las personas que trabajan en la línea aérea por mas que intentaban no podían hacer nada por ayudarnos, como es normal en este tipo de situaciones, hubo ánimos que se fueron caldeando, ya que lo que originalmente era un vuelo de 45 minutos se convirtió en una jornada de mas de 5 horas, todos estábamos, cansados, hambrientos y con la incertidumbre de en que país dormiríamos, y hubo quienes les empezaban a levantar la voz e insultar y exigir respuestas, en ese momento me pregunte a mi mismo, que es lo que haría yo en tal situación, y no pude evitar el hacer el comparativo de la persona que era y mis actitudes de cuando era una criatura de Dios y ahora que hoy hijo de Dios, me imagino que usted tal ves se preguntara cual es la diferencia?

Todos somos creación de Dios, por tanto cuando nacemos somos criaturas, y por tanto y lamentablemente nos comportamos como tales, somos victimas de nuestros impulsos, arranques y la naturaleza humana, el día que decidimos hacer de Dios nuestro Padre en un acto racional de confesión, somos adoptados por El y recibimos los beneficios de la sangre de Cristo, pero también su trato, ese día nos trata como a hijos, nos enseña, incluso nos disciplina, para que podamos ser dignos representantes de El, por tanto en situaciones como la de ayer, no es fácil el decidir entre reaccionar como criatura o como hijo.

La cita de hoy nos habla que debemos de ser imitadores de Dios, como hijos, y al mencionar esto no puedo evitar el visualizar la imagen del hijo que quiere hacer todo lo que el Padre cuando aun es pequeño, y si Cristo viniere sentado en ese avión anoche, en definitiva no creo que hubiere reaccionado de mala manera, por el contrario, me imagino que hubiera hablado con las personas alrededor de si para hacer notar la excelente actitud del Piloto, que agoto todos los recursos para llevarnos a nuestro destino, intercedería ante el Padre para que abriera los cielos y pudiera llegar al lugar que tenia preparado y preguntaría el propósito de esta jornada, muy probablemente aprovecharía para orar y usaría su ipod (¿Cristo debe de tener un ipod no?!) para alabar a su Padre.

En resumen, tuve 5 horas para reconocer el trabajo de un piloto que no se conformo hasta traernos a nuestro destino, hice varios buenos amigos, escuche y aprendí alabanzas que no conocía y tuve 5 horas de intimidad con mi Padre que normalmente no tengo de continuo por que el trabajo y las obligaciones diarias no lo permiten.

El ser hijo de Dios es un compromiso duro, hay que trabajar duro y esforzarse, hay que estar dispuesto a aprender todo el tiempo y a estar dispuesto al trato continuo del Padre, por lo que le pregunto: que tanto se comporta como tal?, le invito a que lo haga aun mas, el Padre le sabrá bendecir grandemente por ello, atrévase a no solo ser hijo, pelee por el puesto del hijo consentido del Padre, disfrute de su amor y bondad.

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