Las relaciones humanas son normalmente son complicadas ya que tratan con nuestros intereses, nuestros gustos, nuestras necesidades y sobre todo tratan con nuestra expectativa, siempre esperamos algo de la otra persona y esto a veces no sucede como nosotros esperamos, puede llegar a ser difícil si de momento no lo recibimos o percibimos.
 
Cuando no obtenemos lo que esperamos de inmediato se produce una sensación de inconformidad y tratamos por naturaleza atribuirlo a la otra persona con la que interactuamos y esto como siempre puede llevar a contiendas o discusiones que de continuar con ellas no terminaran en nada bueno por que las personas con las que interactuamos se encuentran en la misma situación que nosotros, también tenían una expectativa y no sabemos si esta se cumplió o no.
 
Cuando discutimos con otras personas por lo general olvidamos quien es nuestro Padre y que en la mayoría de los casos pusimos nuestras necesidades en sus manos, pero no estamos dispuestos a que su respuesta sea diferente, por lo que tratamos a toda costa con argumentos lograr nuestros objetivos.
 
La cita de hoy nos dice que es honra del hombre el evitar la contienda, esto se refiere a que aun teniendo la razón sobre algo, podemos evitar el discutir y dar ejemplo de quienes somos, lo que hay en nuestro corazón y confiar que Dios tiene algo mejor para nosotros, ¿alguna vez lo ha pensado?
 
Ayer platicaba con un amigo que tiene la expectativa de casarse pero su novia aun no, y platicábamos sobre el plan de Dios para su vida y empezamos a identificar cada uno de los puntos que Dios quiere tratar con el ahorita para que tal ves el día de mañana pueda formar un hogar, todo esto en vez de convencer a su amada de que es un error el que rechace la oferta y simplemente le entregue el si anhelado.
 
Esta mañana nuestro devocional tiene la intención que de acuerdo a la palabra de Dios analicemos nuestras actitudes e identificar cuantas veces actuamos en necedad y nos envolvimos en contienda o pequeñas discusiones que solo ensombrecieron nuestro espíritu ya que no llegamos a ningún lado, y para que de ser posible, corrijamos nuestra actitud y podamos ser de honra al simplemente ceder en las cosas intrascendentes para que podamos ser de buen testimonio ante los que nos rodean y se de a notar quien habita en nuestro corazón.

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