Hace muchos años cuando empecé mi caminar en Cristo había cosas que veía muy lejanas, había situaciones de pecado en mi vida que aun a pesar de pedirlas con todo mi corazón a Dios veía como si fuesen imposibles erradicar de mi vida, para serles honestos no creía que Dios pudiera actuar en ello ya que eran pecados demasiado arraigados y por que no, también demasiado cómodos, aunque sabia que no eran agradables a Dios, eran cómodos en mi diario vivir, me lo imagino como fumar, todos los que fuman saben que es malo para su salud, pero les es cómodo y ven imposible el acabar con el vicio, además no ven como o con que sustituir el hecho de fumar, así también lo veía yo imposible y no veía con que sustituiría el pecado en mi vida, y fue cuando vi esta cita que entendí, que ¡estamos benditamente destinados a servir a la justicia como reemplazo de nuestro pecado!
Cuando hacemos un compromiso con Dios, el acuerdo siempre es bilateral, esto quiere decir que Dios es parte del trato y lo mejor de todo es que el SI cumple SIEMPRE su parte, es decir, se nos va a poner en el camino una y otra vez, haciendo que poco a poco actuemos en justicia día a día, ¡de manera que cuando menos nos hemos dado cuenta somos justos y por ende libres!
El devocional de hoy nos invita a que mas allá de preocuparnos por atacar nuestro pecado de raíz (que si es capaz de hacerlo, ¡hágalo!), nos preocupemos mas por dejarnos tratar por Dios, de manera que sin darnos cuenta caminemos por sendas de justicia y seamos libres por la gracia de Dios.