Anoche platicaba con alguien quien recientemente tomo una posición de jefatura como primera vez y me contaba lo difícil que le era el hacerse respetar y no exponerse, platicábamos de la actitud que hay que tener y de como una persona va forjando su imagen ante los demás, no solo los subordinados.

Como hijos de Dios es exactamente igual, hay quienes opinan que por el hecho de estar buscando de Cristo nos convertiremos en personas distintas o juzgaremos los hechos de los demás cuando no es así.

Tanto en los trabajos, como en los amigos y sobre todo para con Dios es esencial que mantengamos una buena imagen y sobretodo esa imagen debe de ser de integridad ya que será la que nos llevara al siguiente nivel, tanto personal, como profesional y sobre todo espiritual.

Es decir si usted comienza un camino en Cristo y se siente acosado por las miradas y opiniones de la gente que lo rodea, y desiste por el peso de la presión, la imagen que dará no es solo que su interés en Dios no era auténtico,  sino que hará pensar a muchos que Dios no es una solución para sus vidas, imagínese ¡que tremendo!

Esto es muy similar a las personas que deciden un día aventurarse y emprender en un negocio propio, sabiendo que todo arranque es difícil, y muchos de ellos se quedan a mitad del camino y desisten, provocando que los que están a su alrededor duden y tal vez nunca emprendan un negocio por su cuenta ya que han visto su situación y mas terrible aun, alguien que alguna vez haya pensado en asociarse con usted nunca lo haga por verle como alguien que desiste.

Ahora bien, piense en cual es la imagen que Dios tiene de usted, piense que a El nada le podemos ocultar y sabe perfectamente quien somos, le quiero preguntar, ¿ha hecho usted últimamente algo para que la opinión de El con respecto a usted mejore?

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