El día de hoy les quiero platicar de un hombre que no me deja de sorprender, creo que en pocas ocasiones he orado tanto por alguien pero es él el que me motiva a que siga haciéndolo.
Alfredo es el papá de una amiga mía, quien por desgracia le han diagnosticado cáncer y no solo eso, lo han desahuciado al grado de enviarlo de regreso a su casa ya que medicamente hay muy poco por hacer por el, según los médicos.
Lo asombroso está en que el más tranquilo y confiado es él, casi podría decir que es quien anima a su familia, en una ocasión me toco poder visitarlo en el hospital y su rostro reflejaba una paz que contagia.
Así la cita del día de hoy nos dice que no importa cuan grande sea el problema, no importa cuan imposible suene la solución, siempre tenemos la oportunidad de extender nuestra mano para que Dios el padre, el pastor vaya de nuestro lado y podamos sentir paz.
En ocasiones es inevitable que pasemos por circunstancias difíciles, son parte de nuestro proceso, en ellas aprendemos a madurar y depender del único que puede ayudarnos, en ellas aprendemos cosas que Dios nos pedirá que usemos luego con otros que pasarán por situaciones similares, la diferencia radica en que si quiere usted pasar por esa situación solo, o de la mano del altísimo.
Como todos los días le voy a invitar a hacer algo, pero esta vez no es para hoy, prepárese para la próxima vez que algo le sobrevenga y decida no caminar ese camino difícil solo, sino de la compañía del Padre que dio a su hijo para que muriera por usted y por mi y con ello pago nuestros pecados, problemas y enfermedades.
Sea bendecido en paz.