En la vida, nos la pasamos luchando y persiguiendo nuestras metas las cuales pueden ir cambiando constantemente, pero creo que hay una que esta siempre presente y que no cambia, la meta de madurar, en el fondo de nuestro corazón hay un constante anhelo de que la madurez sea evidente en nuestra vida y que podamos compartir de ella con los que nos rodean.
Cuando reflexionaba sobre esto, me daba cuenta que la madurez es hasta cierto punto intangible, y se lo digo por lo siguiente, hay personas que anhelan algún día decir una frase que se haga famosa y los haga trascender, otros anhelan el poder dar consejos a los que son menores que ellos y causar un impacto en sus vidas, pero ninguna de estas cosas se puede medir por que la contra parte puede fingir en la satisfacción de lo recibido.
Por lo tanto y basado en la palabra de Dios, llegué a una conclusión, la única medida tangible de nuestra madurez es el amor, solamente en el momento que usted logra amara todos los que le rodean puede usted presumirse maduro, es decir:
Cuando usted puede hacer obras de misericordia por amor y no por remordimiento o por dar un alivio a su alma, cuando aún la persona que lo ofende es sujeta de su amor ( y no de palabra ), cuando ver a los que sufren lo lleva a acciones y no reacciones, entonces puede usted decir que empieza a madurar.
No pretendo juzgar su madurez en base a sus actos, por favor no lo entienda asi, solo quiero motivarle a redefinir esta meta en su vida, lleve un récord de las personas y en que situaciones ha sido capaz de amarlas y verá cuanto le falta por amar.
Le deseo un día lleno de amor y no solo para usted, sino de usted para los que necesitan que les ame.
¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *