Es curioso pensar que todos necesitamos de Dios, sin embargo para la gran mayoría es un tedio orar y hacer las cosas que las personas nos dicen que tenemos que hacer, para agradar a Dios, lo ha pensado?
De hecho, en los asuntos de fe, como que de alguna manera nos sentimos observados por la gente de nuestro alrededor, de modo que nos excusamos en la tremenda verdad de que la fe es algo individual, al grado que lo guardamos para nosotros y luego ante el no saber exactamente qué hacer, decidimos ponerlo en pausa y así también pausamos nuestra fe y los efectos de Dios en nosotros.
Es por eso que necesitamos ser no evaluados en nuestra fe, sino discipulados, es decir, necesitamos de mentores que nos acompañen en nuestra fe y proporcionen las circunstancias para nuestro adecuado desarrollo y crecimiento espiritual, lo ha pensado?
Es de ahí que nacen iniciativas como RedCouch.mx y miles de otras, que no pretenden imponer nada, sino proporcionar herramientas para el crecimiento y desarrollo espiritual de las personas, pero que no pueden ni lo harán el sustituir el mentoreo y disipulado uno a uno así como nos lo mostró Yeshúa (Jesús) en su estancia física en la tierra.
Esto se lo comento, porque es necesario que en ese proceso de discipulado y mentoreo, lejos de hablarnos a nosotros de lo que está bien y está mal en nuestro diario caminar, debemos de ser expuestos a la verdad y ayudarnos a dejar fuera lo que llamamos nuestro interpretación y nuestra opinión y dejarnos solo en la meditación de la verdad.
Como un buen ejemplo está la cita de hoy, que en mi personal gusto es una cita difícil de digerir, pues aunque todos pretendemos disfrutar de nuestra intimidad con Dios y estar alegres a causa de ello, en realidad a veces pareciera una carga y más el hacer como dice ahí “orar todo el tiempo!”, si en realidad no somos religiosos!
Pero debemos de entender que esto no es un acto religioso, sino una garantía con condición, es decir, lo que el apóstol Pablo nos dice en esta cita es que la oración constante y el ser agradecidos debe de provocar en nosotros alegría, por tanto nuestra primera oración debe de ser con este respecto, es decir, debemos de pedir a Dios que nos abra el entendimiento y nos lleve a ese nivel que nos provoque alegría de encontrarnos con Él.
Recuerde que por la errónea educación e información que recibimos sobre la fe, estamos más ansiosos por los efectos de Dios que de su presencia mismas, de hecho pocos hablan detalladamente de sus encuentros con Dios ó de su intimidad con Él y eso desalienta mucho a las personas y es por eso que les es tan difícil el orar y el tener intimidad, es por eso que el discipulado y el mentoreo son tan cruciales en la vida de cualquier hijo de Dios, pues alguien tiene no que decirles cómo, pero si acompañarlos en el camino.
Ahora, podría usted dejar de orar por lo que ora?, podría usted retarse a sí mismo a preparar un tiempo a parte, un tiempo exclusivo, un tiempo diferente a todo lo que ha hecho en su fe y dedicarlo a entrar en la presencia de Dios?, lejos de su celular, lejos de distractores y simplemente ir y pedirle que la cita de hoy se haga realidad en su intimidad?, en otras palabras, que la alegría sea la consecuencia de su oración, de modo que tenga ganas constantes de ir a orar y encontrarse con Él y que su sello sea el que todos reconozcan que usted ya no se pertenece a usted mismo, sino que le pertenece a Él, le prometo que no pasará una semana en la que descubra la fidelidad de Dios y la manera transformada de orar.