El asunto de la fe, tiene que ver con el creer, pero no creer en lo que queremos, ni en lo que necesitamos y mucho menos en lo que pudiéramos considerar justo ó correcto, el asunto de la fe tiene que ver con creen en lo que dice la Palabra de Dios y ser sabios en cumplir con las condiciones que nos describe y saber esperar el tiempo necesario para que se cumpla y es justo ahí donde las personas suelen fallar.
Es interesante, todas las personas suelen decir que aman a Dios, pero pocas personas suelen avalar lo que dicen con sus hechos y no lo digo a modo de juicio, sino con la intención sentar un precedente práctico, ya que normalmente decimos amar a Dios pero cuando su Palabra no les acomoda, entonces simplemente suelen ignorar esa parte de su voluntad y hacen algo de acuerdo a sus circunstancias, de acuerdo a su mejor opinión, o bien algo que sea cómodo y conveniente a los ojos de las demás personas.
También suele suceder que todas las personas tienen una excusa de porqué viven de cierta manera y de cómo eso que hacen, tiene una justificación y lo hicieron sin una mala intención ó bien lo hicieron por amor, sin importar, cuanto eso que hacen ofende a Dios y cuanto eso puede tener consecuencias terribles para el resto de su vida terrenal e incluso puede poner en riesgo su vida eterna.
Es por eso que debemos de tener cuidado al momento de opinar acerca de los asuntos de Dios ó al momento tomar decisiones que puedan afectar los resultados de las cosas que hacemos ó bien de las que pretendemos que Dios intervenga, pues si no tienen relación con la Palabra de Dios, estamos en nuestras propias manos y sujetos a las consecuencias de nuestra decisión, sin importar la intención ó el conocimiento acerca del asunto.
Es por eso que es responsabilidad de cada persona de ir a la intimidad con Dios y consultar cada asunto con calma y con paz, sabiendo que hay un sustento para cada cosa que nos habla en su palabra y un bálsamo para nuestro corazón en cada decisión que tomemos alineada a su voluntad de manera que podamos hacer cosas que considerábamos imposibles, pero que nos son ligeras y de gran trascendencia, cuando aprendemos a confiar en Dios más allá de lo que vemos y por el puro hecho de que lo escribió en la Biblia para que le creyéramos, para que confiáramos y para que podamos ver su respaldo en toda situación.
Es cierto que a veces las cosas no se ven del todo bien y pareciera que tenemos que tomar las cosas en nuestras propias manos, eso es algo muy común en los asuntos económicos por ejemplo, hay personas que dejan de diezmar por ejemplo, porque no podrían tomar el 10% de sus ingresos y darlos a la iglesia, obvio, si los entregan a la iglesia, harán mal, pero si los entregan a Dios y confían en lo que dice su Palabra, obtendrán la promesa que la Biblia promete, y esta nos dice que el 90% de nuestro ingreso bendecido por Dios nos rendirá más que el 100% maldito a causa de que le robamos a Dios por no diezmar ni ofrendar, es un asunto de fe y de creer y este es solo un ejemplo, muy común pero solo uno de los muchos que tenemos para vivir una vida gloriosa.
Por tanto, le pregunto: qué tanto confía usted en Dios?, tanto como para creerle a su palabra?. ó bien es usted de los que sigue opinando que Dios no es capaz de mantener su Biblia íntegra y es un libro manipulado por los hombres?
Le reto a que deje de opinar acerca de los asuntos de Dios y empiece a creer en lo que vaya aprendiendo de la Palabra de Dios, para que empiece a experimentar una de las aventuras más asombrosas que jamás haya podido siquiera imaginar.