Siempre he dicho que existen 3 tipos de personas, las que creen en Dios, las que le creen a Dios y las que creen que creen en Dios.
Aunque parezca raro, este tercer grupo es el más abundante de todos, pues son todas esas persona que han decidido tener una relación con Dios “a su manera” y que creen más en lo que las han dicho y lo que les acomoda de lo poco que saben acerca de Dios que en lo que la Biblia dice.
De hecho y con todo respeto lo digo, es en este tercer grupo donde se encuentran todas aquellas personas que aseguran que Buda, Mahoma y Yeshúa (Jesús) son la misma persona, y queda más que claro que no tienen idea de quien fue Buda, quien fue Mahoma y quien es Yeshúa (Jesús), y por tanto se atreven a hacer tan atroz aseveración!
El hecho es que nuestra cultura se ha llenado de un mito llamado dios, y lo escribo con minúscula, pues ese mito no tiene nada que ver con el Dios de la Biblia, ya que hay quienes viven aterrados por aquel dios que castiga, que no tiene que ver con el Dios de la Biblia, o con aquel dios voluntarioso y misterioso que siempre hace las cosas “por algo” aunque jamás nos lo vaya a revelar, o aquel dios comerciante que nos pide que dejemos algo a lo que estamos apegados para darnos “algo mejor”, aunque nunca nos enteremos que fue o bien aquel dios que vende sus favores a cambio de sacrificios y mandas, pero del cual la Biblia no habla ni hace mención.
Y es justamente por todos esos mitos que las personas nunca alcanzan a vivir una vida plena en fe, de hecho viven anhelando la felicidad como algo futuro que algún día llegará o piensan en la eternidad en algo que empieza cuando las personas mueren ignorando el principio de que la eternidad no empieza ni acaba y que solo tenemos que subirnos a ella, para vivir como Dios ha planeado que lo hagamos.
Si se da cuenta, muchas de esas cosas que solemos creer, no tienen nada que ver con Dios, a pesar de que las llamamos fe, pero no viene de Dios ni tiene relación con Él, por mucho que nos la hayan inclucado, la fe no se hereda ni se transmite, la fe tiene que ver con el conocimiento de Dios y éste (Dios) ha declarado que solo puede ser por medio de su palabra, por tanto y aunque me apena mucho (la verdad es que ni tanto) pero aquel que no conoce la palabra de Dios es incapaz de tener fe, pues le falta lo básico y esencial para poderlo tener y hacer.
Y a donde voy con todo esto?, obviamente (y aunque así parece), no voy ni pretendo ofender a nadie, ni criticar su manera de relacionarse con su dios, sino a explicar un principio muy básico acerca de Dios que le ayudará a entender muchas cosas.
Una de las cosas más terribles que existen y que son rivales de nuestra fe, son la idea del aquí y del allá en las cosas de Dios, el ustedes y el nosotros, el bueno y el malo y todo lo que haga división entre 2 seres ya sea humanos o de Dios con el hombre, ya que Dios no resta ni divide, por el contrario, Dios suma y multiplica, y para hacerlo envió justamente a su Hijo a que derramara su sangre en la cruz para que todos los que nos acerquemos a ella y lavemos nuestro pecado con ella y nos sometamos a la autoridad y majestad de Yeshúa (Jesús) podamos recuperar nuestra identidad y nuestra naturaleza a la imagen y con la capacidad de expresar su naturales de Dios!.
Y esto nos sucede todo el tiempo cuando preferimos creer más en un mito que en la verdad de la palabra de Dios, que dicho de paso es la que nos hace libre según ella misma.
Por tanto, todo aquello de que tenemos que tener gran reverencia y cumplir con cientos de requisitos para estar primeramente “bien” con Dios y segundo recibir de su favor, nos pone tan lejos de Dios que nos perdemos la mejor parte, Dios nos ha llamado a descansar en y con Él, su reposo es no solo nuestra meta, sino nuestra manera de vivir, donde descansamos siempre en lo que sabemos de Él y sabemos qué es lo que hará, y cómo es que procederá, pues nos lo habla y nos lo muestra todo el tiempo.
Pero note como Pablo el Apóstol nos advierte de que habrá quienes nunca entren a este estado de reposo pues les falta fe (conocimiento) y se pierdan no solo de la eternidad, sino también de vivir una vida gloriosa en esta tierra.
Por tanto, es mi invitación esta mañana, a que medite en ello, vaya a todos los pasajes donde Dios lleva a los hombres a descansar en su presencia (la creación, la tierra prometida, la parábola de los talentos, entre muchas otras) y asegúrese de no opinar, ni interpretar la palabra de Dios ni lo poco que sabe usted acerca de Él, sino simplemente crea en toda la palabra para que esta le revele la entrada al reposo de Dios donde todo es y funciona como en el lugar donde Él habita.