No me termina de quedar claro el porqué, pero muchas personas tienen la creencia de que para ser bendecido y para estar “bien” con Dios, tienen que llenar toda una lista de requisitos y tienen que hacer cosas especiales y saber mucho de cosas “ocultas» y misteriosas, siendo que nada de eso viene escrito en la Biblia.
El hombre tiene una extraña necesidad de hacerse menos ante otros hombres, hay una necesidad de verse menos para que luego aquel que es “más» lo corone con su favor y su talento para ayudarle as acercarse a Dios, siendo que no hay tal cosa.
En el mundo aquel que es bueno en algo destaca, pero solamente lo hace hasta que viene otro que destaca más en lo mismo o en algo que llame la atención, así que para que una persona pueda mantenerse vigente en la mente y la atención de la gente, tiene que mantenerse muy activo e innovando todo el tiempo.
En el Reino de los Cielos las cosas son completamente distintas, el crecimiento no tiene que ver con tener o saber mas, el crecimiento tiene que ver con regresar a nuestro estado original, y se lo voy a explicar.
Creo que no hay semana en la que no escuche a alguien preguntarme “cómo haces para escuchar la voz de Dios?”, a lo que siempre respondo “cómo le haces para no escucharla?”, las personas tienen la idea de que tienen que hacer algo especial o que tienen que llenar algún requisito para poder escuchar la voz de Dios, siendo que fuimos creados para escuchar la voz de Dios, piense en esto, la Biblia declara que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, y al principio, tanto dentro como fuera del Edén, el hombre vivía en presencia de Dios y le escuchaba todo el tiempo, es decir, el escuchar la voz de Dios es nuestro estado natural.
Lo que ha sucedido con el tiempo es que nos hemos llenado de distractores y cosas que nos mantienen alejados de las cosas de Dios y no me refiero a alejados físicamente, sino alejados en nuestro corazón, ya que aquel lugar donde Dios pretende habitar (nuestro corazón), está lleno de otras cosas que decidimos “amar” y que ocupan nuestro tiempo y nuestros pensamientos, de modo que no escuchamos a Dios ya que está del otro lado de todo lo que hay en nuestro corazón.
La cita de hoy nos habla de despojarnos y me gusta el término, ya que para vivir de esa manera que Dios planeó, tenemos que entender que Dios verdaderamente es primero y no como lo hacemos al día de hoy, hay quienes creen que Dios está ahí para darnos cosas buenas, siendo que Dios está ahí para hacernos guerreros y llevarnos a batallas que terminarán en victorias constantes, en donde su voz es tan fuerte que dejaremos de hacer lo que queremos para empezar a hacer lo que debemos y así cumplir nuestro propósito.
No tenemos que crecer a una gran estatura para estar “bien» con Dios, por el contrario, debemos de deshacernos de todo aquello que hemos creado y forjado y que está entre nosotros y Dios, de modo que podamos estar tan cerca de Él y que no podamos evitar sus efectos en nosotros, todo lo que tenemos que hacer es regresar a nuestro estado natural, regresar a ser tan puros como el día que fuimos formados por Él, para dejar de parecernos a nosotros y parecernos más a Él, y que podamos verdaderamente cuestionarnos, cómo hacemos para no escuchar a Dios?
Muchas gracias por el material, excelente para reflexionar!