Es interesante como en nuestro mundo todo se convierte en una competencia, sin darnos cuenta, nos hemos hecho adictos a las mismas, lo vemos en las películas, siempre tiene que haber un bueno y un malo, los reality shows nos enseñan a que todos tienen sueños pero solo uno los llega a realizar, las telenovelas ni se diga, todos o todas se pelean el amor de una persona y tienen que competir por ese amor, en fin para todo hag un ganador y muchos perdedores y así hemos aprendido a vivir.
De la misma manera hemos aprendido a que solo pocos saben hacer las cosas bien y que solo esos pocos serán verdaderos triunfadores, le resto serán los que se equivocan y los que esporádicamente llegarán a ser algo importante, lo ha notado?
Esto se lo comento, porque me sucede a menudo, las personas están mas y mas acostumbradas a que les digan que hacen las cosas mal y les enseñen a hacer nuevas cosas bien, hasta que llegue otro mas listo, mas inteligente o mas preparado a volverles a decir que hacen las cosas mal y enseñarles de nuevo otra manera de hacerlo “bien”, aunque en realidad nunca lo logren.
No entiendo exactamente porqué es que a la gente le gusta que le digan que hace las cosas mal y por qué esto les lleva a competir con las demás personas, sin darse cuenta que esto no hace mas que atarlas al mundo y alejarlas de Dios, pues en el Reino de los Cielos las cosas son simplemente diferentes.
Cuando enseño acerca de Dios, enseño constantemente acerca de la oración y explico basado en la Biblia que la oración tiene mas que ver con el escuchar la voz de Dios que con ir delante de Él a decirle lo que Él ya sabe y encima de esto en repetidas ocasiones, y es ahí donde empieza el problema para muchos.
No podemos pretender hacer algo espiritual o relacionado con Dios al modo que hacemos las cosas en el mundo, ya que de inmediato me topo con aquellas personas que sienten o piensan que les digo (yo o quien sea que les hable del tema) que oran mal y que luego ya no saben como orar y hacen del escuchar la voz de Dios todo un reto y toda una competencia en vez de ser algo bueno y algo agradable.
Creo que lo primero que debemos de recordar es que nadie puede cuestionar nuestra intimidad con Dios, es decir, nadie puede saber mas que Dios mismo que tan íntimos somos con Él o no lo somos, y además de eso, no podemos comparar la intimidad nuestra con la de alguien mas, por tanto no existe una manera equivocada de orar, pero si existen maneras mejores de hacerlo.
Piense en esto, el escuchar la voz de Dios es algo que viene en automático al hacer de Jesús el Señor y salvador de nuestra vida al recibir un espíritu, por tanto no solo es algo natural, es un derecho que tenemos, entonces, por qué hacerlo algo difícil y que pareciera requerir de un esfuerzo de nuestra parte?, por qué comparar lo que hacemos en intimidad con Dios con lo que otros hacen y además no pueden comparar como nosotros tampoco?
He aprendido a entender que a la mayoría de las personas no les interesa escuchar lo que Dios les quiere decir, por tanto limitan a Dios a 3 simples y sencillas respuestas, si, no, y tengo algo mejor para ti, siendo que la Biblia nos enseña algo radicalmente distinto.
La cita de hoy nos habla de eso, si en vez de hacer de todo en nuestra vida una competencia, y esforzarnos todo el tiempo, tuviéramos un poco mas de tiempo para Dios, escucharíamos su voz y con ella entenderíamos sus pensamientos que son planes para nosotros y que tienen la cualidad de Dios de ser perfectos, nos evitaríamos el 99% de nuestros problemas que tenemos de manera cotidiana.
Por tanto si ya sabemos que Dios tiene las soluciones anticipadas a los problemas que aún no tenemos, por qué no simplemente pasar mas tiempo escuchándolo que haciendo las cosas mal para luego tener que buscarle de la manera equivocada?
Medite en ello, tómese tiempo, piense que el escuchar a Dios es algo que Dios anhela mas que usted, por tanto no pondría requisitos difíciles ni encriptados para que lo pueda hacer, el escuchar la voz de Dios es parte de su naturaleza si es que usted ya nació de nuevo y es una garantía que obtiene, por tanto le voy a invitar a que tome el tiempo que ocupa en preocuparse y lo invierta a estar en silencio, no solo de sus labios, sino también de sus pensamientos, de modo que todo ese silencio le permita escuchar la voz de Dios y caminar de continuo guiado por sus pasos y con la garantía del éxito constante en todo lo que haga, como lo ve?
Me parece muy interesante todo lo que comentas en el devocional. simplemente un enfoque distinto de los problemas y situaciones de la vida diaria con los cuales estamos acostumbrados a lidiar y que de una manera mucho mas facil, en comunion con Dios podemos tener acceso a todas las cosas materiales y espirituales que como hijos suyos nos merecemos sin tanta dificultad y sin necesidad de tanta mendicidad ni regateo al que estamos acostumbrados. Pero somos duros de cabeza y corazón para comprender esto. Definitivamente todo esto es parte de la nueva naturaleza a la que los hijos de Dios tenemos nos hacemos merecedores. Gracias.
Querido Rene: Este devocional me recuerda el agradecerte especialmente que a través de un devocional similar a este que publicaste aproximadamente hace cinco años despertaste en mi el deseo de poder escuchar la voz de Dios, en la congregación donde yo estaba en ese entonces no se hablaba de oír «la voz de Dios», es más yo no sabía que «Dios nos podía hablar» y se sembró en mi esa semilla de desear de todo corazón el poder escuchar la voz de Dios, en esa busqueda por quererlo escuchar paso lo que inevitablemente tiene que pasar y es que me enamoré profundamente de Él y nació en mi el deseo de agradarle en todas las cosas, también en las comunicaciones que llegamos a tener siempre me animaste a que ese deseo diera fruto y hoy gracias a Dios tengo un liderazgo, estoy estudiando mi Lic. Teólogica Pastoral y bendito Dios esta multiplicando mi ministerio. El Señor me ha dado grandes promesas y sé que todas serán cumplidas porque lo que Dios promete se cumple. Así que gracias René y gracias a Dios por tu vida y tu ministerio porque gracias a esa semilla que hace cinco años sembraste se están cosechando frutos. Bendiciones!
Gracias por ser el vehículo del Señor por ser la herramienta en sus manos a través de la cual me hizo llegar tal bendición. Bendiciones, Elisa