Hay quienes piden bendición todo el tiempo, hay quienes pasan gran parte de su día orando y pidiendo y muchas de esas personas reciben poco, pues se conforman con el hecho de pensar que Dios tiene un mejor plan o que no es voluntad de Dios aquello que piden, pero en realidad pocas les consta que verdaderamente sea la voluntad de Dios por aquello que pasan.
En lo personal las llamo oraciones estériles, ya que jamás darán fruto, y no me refiero a que habrá quienes nunca reciban respuesta, sino a oraciones que nacen muertas, ya que desde su concepción carecen de propósito, son oraciones que solo satisfacen el alma de quien las expresa, pero no tienen la intención de reflejar el Reino de los Cielos y no tienen la más mínima intención de trascender, por tanto, su fruto jamás será.
Considero que en la mayoría de nuestras oraciones y peticiones a Dios nos falta el ver y planear que sigue tras la respuesta de Dios, qué haremos con aquello que recibamos de su mano, como eso tendrá un efecto en nosotros y en nuestro ambiente.
Y es justo ese ambiente que nos rodea el que le interesa a Dios, sabe, normalmente estamos esperando que lo que Dios nos responsa nos impacte y que tenga un efecto en nosotros, pero sabe, Dios piensa muy diferente, Dios anhela que tomemos en nuestras manos ese fruto de la oración y con el impactemos a nuestro alrededor, y dejemos claro que todo lo que tenemos y todo lo que somos es motivo y es causa de Cristo.
Creo que la parte mas emocionante de mi fe tiene que ver con el hecho de ser reconocido por otros, por haberlos sacado de su comodidad, por haberlos hecho dejar de pensar y actuar como lo hacían y reflexionar en cada una de las palabras que dicen y que escuchan, cada vez que noto eso, puedo estar satisfecho de que he hecho las cosas al modo de Dios.
No es Jesús el factor de cambio, lo somos nosotros, Él solo nos mostró como y abrió camino para que hiciéramos las cosas tal como las planeó desde antes de poner al hombre en el Edén.
Cada vez que impactamos nuestro entorno, lo poseemos y cada vez que poseemos algo tenemos la posibilidad de entregarlo en manos de Dios, de modo que que cumplimos con ese famoso propósito del que tantas personas hablan, pero pocas saben de qué se trata.
Hay quienes oran y piden por una vida cómoda y sin mayores altibajos, mientras habemos quienes anhelamos una vida como la de Jesús, llena de poder y de propósito, donde el éxito es garantía y se disfruta antes, durante y después del proceso, pues se hace sabiendo que nada se impondrá entre nosotros y aquello que pretendemos.
La cita de hoy nos habla de Jasón, uno de los muchos que han entendido esta manera de vivir de acuerdo a la enseñanza de Jesús, y es justo lo mismo que todos deberíamos de anhelar, el ser aprendidos y ser acusados de trastornar nuestro ambiente y establecer el Reino de los Cielos en todas partes, no lo cree?