Una de las cosas que ocupan mi oración constantemente es el entender el motivo por el cual estoy en todo momento en cada lugar, es decir, entre más conozco a Dios mas seguro y más consciente estoy de que no existen las casualidades, Dios tiene un verdadero propósito para cada persona que decide vivir asida a Él, de modo que nos convertimos literalmente en sus manos y en sus pies para hacer su obra y aprendemos que la abundancia y la bendición nos vienen como consecuencia al momento de vivir de acuerdo a su voluntad.
Aunque es una de las cosas más fáciles y sencillas de hacer, requiere de mucha concentración, pues debemos de estar muy conscientes de la voz de Dios y no dejarnos distraer por nuestras emociones provocadas por las circunstancias o nuestros pensamientos que pueden confundirnos.
La Biblia nos promete que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom 8:28), pero sabe, la mayoría de las personas al leer o repetir esta frase, hace un ejercicio almático, como un esfuerzo de sentir amor a Dios para que esta condición se cumpla y luego se conforman con las circunstancias queriendo entender que la desventura que pasan tenga un propósito en Dios y que de lo malo salga algo bueno, cuando no han entendido en absoluto de lo que se trata esta frase.
Note como la cita tiene una condicionante, y no es el hecho de amar a Dios, sino el hecho de ser llamados conforme a un propósito, es decir, primero tenemos que entender el propósito, querer cumplirlo, ser conscientes de el todo el tiempo y luego se cumplirá la condición de esta cita y es justo ahí donde nos queda mas que claro que el amor es una decisión y no un sentimiento, y por tanto el pequeñísimo momento que pasamos queriendo forzar el sentimiento al pensar en esta cita es completamente inútil.
Pero por favor no se frustre, el encontrar y entender su propósito no es algo difícil, lo será solo si nunca se ha puesto en comunicación con Dios y nunca ha leído su palabra, pues justo ahí es donde está escrito ese propósito particular que Dios diseñó para usted y donde Dios se lo revelará, por tanto el amor también es una condición, ya que no podemos amar a un Dios al cual no conocemos y no hay otra manera de conocerlo que no sea por medio de su palabra.
Ya sé, pareciera que se la pongo más difícil cada vez, verdad?, lamentablemente no soy yo el que dijo así, sino Dios desde el principio de los tiempos y se lo voy a explicar.
Hay quienes tienen la falsa creencia de que Adán y Eva fueron los primeros hombres sobre la tierra, lo cual es una absoluta y rotunda mentira, solo hay que leer la Biblia (Génesis 6) para darnos cuenta que quien nos contó esa historia, no tenía idea de lo que hablaba, y sabe por qué es importante esto?, sencillo, hay una gran diferencia entre Adán y Eva y los hombres que habitaban la tierra antes que ellos y esa diferencia se llama propósito.
Lo que si dice la Biblia, es que Adán y Eva a diferencia de los otros hombres que vivían sobre la tierra, fueron creados a la imagen y semejanza de Dios, y con ello portaban el conocimiento de quien es Dios, y de lo que pretendía hacer por medio de ellos, Adán y Eva eran las personas con mayor conocimiento y mayor inteligencia sobre la tierra y esto no lo perdieron al pecar, sus mentes y su conocimiento acerca de Dios estaba intacto, y sabían que aún en su pecado había un propósito, por tanto, esperaban una bendición de Dios al ser enviados a la tierra y esto sucedió en Génesis 1:28.
Aun y a pesar de haber pecado Dios los bendijo y sabe por qué, porque Dios no cambia y la cita que leímos del libro de Romanos promete que todo viene a bien a los que aman a Dios y viven conforme a su propósito, por tanto, ellos tenían una garantía.
La cita de hoy me emociona de gran manera, note como respalda lo que le cuento, la cita de hoy nos dice que en la tierra no había llovido antes de la llegada de Adán y Eva, pues no había quien la labrara, el hombre que vivía antes que ellos en la tierra era recolector y vivía sin propósito, por tanto hasta que Adán y Eva llegaron, empezó a llover y se empezó a labrar la tierra.
Cuando entendemos esto, nos damos cuenta que Dios no cambia, hay cosas que no sucederán en nuestra vida, sino hasta que lleguemos al lugar y con la intención correctos, en otras palabras, cuando descubramos nuestro propósito y vivamos conforme a el, empezaremos a recibir aquello que sabemos que nos corresponde y sabemos que viene del corazón de Dios pero no vemos como es que pueda suceder.
Creo que tras entender esto, se dará usted cuenta lo necesaria y lo indispensable que es la palabra de Dios en su vida y lo urgente que es que tenga contacto directo y no por medio de otros con ella, los Maestros y los Pastores somos de gran utilidad, pero ninguno podrá llevarle a la revelación de la intimidad del conocimiento de Dios.
Le invito a que reflexione sobre lo que le cuento y a que persevere a entender ese propósito que Dios tiene para usted, que no es algo turbio ni algo oculto, simplemente es algo que esta ahí esperando que usted lo descubra, para que desate la lluvia así como sucedió con la llegada de Adan y Eva a la tierra.