Es interesante pensar que cada persona tiene su propio parámetro de fe, y de la misma manera cada persona tiene su propio concepto de lo que es bueno y de lo que es malo, y esto a su vez es demarcado normalmente por sus circunstancias, es decir, solemos ser condescendientes con nosotros mismos y aún lo que sabemos que es malo lo catalogamos como bueno o no tan malo de acuerdo a como nos conviene o nos pudiera afectar, le ha sucedido?
Esto que le cuento es algo muy común y es un ejercicio mental que hacemos todo el tiempo, pues de alguna manera, tenemos una idea que nosotros mismos creamos, de que podemos engañar a Dios y como los demás no pueden notar si es que en realidad somos buenos o somos malos, pues simplemente, ya que no conocen nuestro interior, hacemos de la misma manera con Dios, con la esperanza de que éste se haga de “la vista gorda”.
Además de esto, tenemos un concepto separado de lo que malo y de lo que es pecado, como si ambas cosas fueran conceptos diferentes, como si lo malo no afectara y el pecado si, y aún después de esto, nos atrevemos a categorizar los pecados entre los no tan malos, hasta llegar a los mortales, entre los notorios y los no tan notorios y luego tenemos un montón de pecados que están almacenados en nuestra conciencia, de los que habremos de pedir perdón algún día que tengamos tiempo para orar.
Estoy seguro que la gran mayoría de quienes leen estas líneas se han identificado en gran parte de lo que le comento, ya que es un ejercicio muy común y algo que practicamos todo el tiempo de manera casi casi inconsciente, ya que así nos lo enseñaron, pero le quiero contar algo que es importante, el puro hecho de pensar de esta manera es considerado pecado por Dios y aborrecido por Él.
Sé que lo que le acabo de decir suena duro y lo es, pero es 100% cierto, a Dios no le preocupa, ni le importa nuestro concepto de lo que es bueno, ni de lo que es malo, es mas, tampoco le preocupan nuestras circunstancias, ya que desde siempre nos ha provisto con los medios para que vivamos por encima de las circunstancias al grado que dio a su propio hijo para que muriera por lo que Él considera pecado y no tuviéramos la necesidad de estar lavando nuestra consciencia constantemente, sino laváramos el pecado y erradicáramos cada acción aborrecible ante sus ojos de una vez y para siempre.
La cita de hoy nos explica esto, nos enseña como desde siempre hemos pretendido establecer un sistema judicial independiente en cada mente y en cada corazón siendo que no son necesarios, ya que hay una sola verdad y una sola justicia, la cual no tenemos que alcanzar, ni por la cual nos tenemos que esforzar, sino que nos es dada por gracia, solo tenemos que conocerla y aspirar a ella.
Más interesante es aún cuando pensamos en esto que le acabo de contar, pues es justo ahí donde nuestro propio sistema de justicia entra en funciones de nuevo, pues pretendiendo una falsa humildad, nos decimos no merecedores de la gracia que nos es dada y decidimos por encima de la voluntad de Dios no tomar aquello que nos es dado, inaudito, no?
Satanás es un ser poco creativo, siempre nos engaña con lo mismo, siempre usa primero nuestras propias palabras contra nosotros y si es que logramos superar eso, usa la palabra de Dios en nuestra contra, pero sabe, no me preocupa el hecho de que no sea creativo, sino me preocupa que somos nosotros quienes insistimos en caer en el mismo engaño una y otra vez, estamos tan enredados en nuestros pensamientos y en el pequeño sistema judicial que hemos edificado en nuestra mente, que difícilmente llegaremos al sistema de justicia de Dios, ya que por lo general o nos descartamos a nosotros mismos o bien vivimos en una nube pensando en que la vida es color de rosa.
Esta mañana quiero invitarle a que medite en esto, cuantas ideas propias tiene usted acerca de Dios y de su propia vida y que nunca se ha atrevido a comparar con la palabra de Dios, que nunca ha llevado al espejo de la verdad, y es cuando haga justo eso, que empezará a caminar como una persona verdaderamente justa y empezará a reflejar inevitablemente el rostro de Dios y empezará a experimentar todo aquello de lo que tanto habla la Biblia.