Se ha puesto a pensar cuantas veces en su vida ha tratado de hacer que las cosas espirituales se amolden a las cosas naturales que entendemos y conocemos para poder creerlas?
Esto es algo que hemos hecho desde siempre e históricamente, ya que por mucho tiempo nuestro entendimiento había estado limitado solamente a lo natural de esta tierra por nuestra condición terrenal y por lo no buscar mas allá de lo que vemos y de lo que conocemos.
Es por eso que muchas personas limitan su oración a pedir, pues toman todo lo que está fuera de su alcance y lo entregan a un ser al que no conocen y del cual esperan todo aquello que anhelan, pero a su vez hecho al modo del que lo pide.
Cuando pienso en esto, no puedo evitar pensar en la historia que se cuenta por ahí de aquel hombre que se encontraba en una inundación y oró y pidió a Dios le rescatara, entre tanto vinieran 3 diferentes personas a rescatarle y no aceptó la ayuda y murió, al llegar delante de Dios le reclamó que porqué no le había salvado como él le había pedido, a lo que Dios le respondió a que en 3 ocasiones envió hombres a que le rescataran y de ninguno aceptó su ayuda.
Justo como al hombre de la anécdota nos sucede a diario, pues en muchas ocasiones limitamos nuestra fe a ver y entender las cosas de acuerdo a nuestro capricho y no de acuerdo a la manera en la que Dios quiere y a decidido hacer las cosas y pretendemos que como “Él es nuestro Padre¨ y “nos ama tanto¨ haga las cosas como nosotros decidimos que fueran.
Es también por eso que a muchas personas les cuesta tanto trabajo leer y entender la Biblia, ya que lejos de buscar saber mas de Dios, se buscan a sí mismas ahí adentro y buscan el reflejar sus historias y situaciones personales en las escrituras, como si la Biblia fuera un libro que se amolda a nosotros en vez de describir al Creador del Universo.
En otras palabras, la Biblia nos habla de quien es Dios y de cuales son sus planes y a pesar de que no es algo que podamos entender de manera simple de acuerdo a las cosas de éste mundo, por medio de aprender quien es Él, entendemos nuestra propia identidad, de ese modo dejamos de pretender que sea Él quien nos bendiga y empezamos a vivir en bendición, a ser parte de la bendición y a provocar esa bendición, en otras palabras todo lo contrario de lo que hacemos hoy en día.
Muchas personas esperan que Dios las bendiga para luego tener identidad, de hecho muchas personas se atreven a medir el estado de ánimo de Dios por medio de las bendiciones que reciben (lo cual considero absurdo) en vez de hacer las cosas al modo de Él y por ello se pierden de lo mejor y de lo más emocionante del Reino de los Cielos.
La cita de hoy es una de esas que es un parámetro para mi, es decir, me reta y me pone en acción, ya que así como Jesús pudo declarar que la palabra se cumplía por medio de Él ese día, así podemos hacer nosotros, es decir, lejos de pedir cosas que no sabemos si Dios hará, podemos y debemos perseverar en la palabra y entender que fue escrita para ser cumplida, de modo que nosotros mismos podamos llegar delante de Dios y de los hombres y decir “esta escritura se ha cumplido hoy”, pues no significa otra cosa que estamos cumpliendo con el propósito de Dios y para el cual hemos sido diseñados, que hemos dejado de vivir de acuerdo a los parámetros de la tierra y que estamos viviendo de acuerdo a los parámetros del Reino de los Cielos.
Le aseguro que el llegar a ese punto es un millón de veces mas emocionante que recibir bendiciones individuales y pequeñas, el vivir con la garantía del cumplimiento de la palabra de Dios y ser parte de ello, nos lleva a la dimensión de Dios y nos hace ver cuan pequeñas y limitadas eran nuestras oraciones y peticiones antes de ese día.
Por tanto, y de nueva manera, le quiero invitar a que tome un tiempo, póngase en contacto con su Biblia, aprenda quien es Dios y por medio de ello, aprenda quien es usted, para que se haga parte del propósito de Dios y aprenda a hacer como Jesús nos puso ejemplo, cumplidor de la palabra y deje que el mundo que conoce, quede a sus pies y a su disposición.