Amar es una de las mejores cosas que cualquier persona puede hacer, pero a su vez es una de las cosas mas delicadas que existen, ya que el amor refleja la esencia de quien es Dios, por tanto el amar a la ligera es algo que no se puede, ni se debe de hacer, por tanto hay que caminar por la vida con una sola cosa en mente, no podemos amar por sentimiento, sino por decisión.
La gran mayoría de las personas usan el amor para canalizar sus emociones, siendo que estas en muchas ocasiones no son otra cosa que arranques de euforia, de alegría o a veces de mera necesidad y frustración y las tratan de expresar de una manera que den algo y les sea regresada otra cosa que en ese momento y que entienden como amor (aunque no sea precisamente eso) a cambio, siendo que es una de las primeras características de las que Dios nos habla acerca de lo que no es el amor.
Amar de acuerdo a los términos de Dios es como un campo minado, es decir, no se puede salir bien librado de Él y pareciera casi imposible hacerlo bien y sin equivocarse, es por eso que no podemos amar entendiendo el amor como un sentimiento, ya que el amor como sentimiento es como un elefante en una cristalería, aunque no lo querramos, romperemos algo, pero el amor racional, el amor que es como Dios, es un amor que empieza a hacer sentido de acuerdo a todas las cosas que hemos escuchado y que sabemos acerca de Dios.
Espero no me lo tome a mal, pero creo que es necesario que esto sea dicho, existen algunos tipos de amor que son atroces, que son incluso dañinos y que en realidad son todo menos amor, y uno de esos amores es el amor de Madre, ya que impulsadas por una serie de sentimientos, las madres son capaces de pasar por alto las malas acciones de sus hijos y en muchas (obvio está que no en todas) ocasiones hacen, permiten o propician que sus hijos terminen en la cárcel, ya que “por amor” les toleraron todo, en vez de corregirlos y formarlos de acuerdo a su responsabilidad como hombres y mujeres de bien, otro de esos amores es el amor apasionado, aquel que no piensa y que simplemente se entrega sin medir consecuencias y que muchas personas consideran como una “muestra de amor”, siendo que no es mas que una muestra de la ignorancia de la persona y el poco respeto que se tiene a sí misma, y así sucesivamente.
Piense en esto, Dios nos amó al grado que dio a su Hijo unigénito para que muriera y derramara su sangre por todo aquel que en Él cree, para que tenga vida eterna (Juan 3:16), es decir, con la vida de su hijo, pagó por todo lo incorrecto y por todo lo indebido de nuestras vidas, de manera que no pequemos mas y con ello nos abrió las puertas a una vida consciente y racional, llena de reglas que nos hacen libres (si, aunque parezca difícil de entender) y que nos permiten vivir a prueba de errores, por tanto, nadie que diga que sabe amar, haría nada en contra de ese amor verdadero y puro de Jesús argumentando hacerlo por amor, no lo cree?
Si Dios es amor y Dios es puro, nada que sea contrario a eso puede ni debe de llamarse amor, aún cuando sea algo provocado por un sentimiento tan fuerte como el reflejo de haber llevado a alguien en su vientre o el estar dispuesto a dar la vida por esa persona, el amor es simplemente eso, amor, y es puro como aquel que lo representa.
Que interesante, no?, estamos acostumbrados a relacionar al amor con la pasión, siendo que la pasión en muchas ocasiones, si no es que en todas nos lleva a hacer cosas arrebatadas e impulsivas, que por lo general no son adecuadas, y no crea que hablo solo del la pasión carnal, sino de cualquier tipo de pasión, si lo lee detenidamente, Dios nos previene en repetidas ocasiones acerca de las pasiones, siendo que nosotros las identificamos como algo relacionado con el amor y algo bueno gracias a la mercadotecnia.
Ahora si podemos decir que qué difícil es amar, y sabe, eso es algo bueno, pues así nos daremos cuenta que no podemos amar a cualquiera, ni cualquier cosa, pues cualquier persona o cualquier cosa que nos orille a hacer cosas indebidas no son dignas de amarse, ya que nos alejan del amor de Dios y nos alejan de nuestro propósito, que intenso, no?
El amor es uno de los asuntos que mas reglas tiene para ser puro y para reflejar a Dios, pero son justo esas reglas las que nos permiten amar con libertad, son esas reglas las que nos aseguran que una vez que las hayamos observado y cumplido, las que nos dan libertad para sentir y la garantía que lo que viene de nuestra contraparte es puro y tan bueno como Dios mismo, por tal no debe de existir cosa mejor.
Hoy solo tomé una pequeña fracción de una cita, una sola característica del amor, para que meditemos en ella, pero a su vez esa sola y única característica nos puede y debe hacer reflexionar cuantas veces hemos amado inadecuadamente y aún así asegurado que lo que hacemos y sentimos es respaldado por Dios cuando en realidad no lo es!, es una sola característica que deberíamos de grabar en nuestro entendimiento y llevar siempre presente, para que aprendamos a amar adecuadamente y llevar a Dios verdaderamente presente en todo lo que hacemos, si aprendiéramos a amar sin hacer cosas indebidas, nuestro mundo sería genial, viviríamos un amor sin cargos de conciencia, un amor libre dentro de las ilimitadas barreras de Dios, aunque parecieran limitadas a los ojos de los hombres.