Existen muchos mitos alrededor de la Biblia, desde que es un libro difícil de leer, hasta que es un libro manipulado por los hombres, pero creo que lo he mencionado en muchas ocasiones en estas líneas, la Biblia será un libro complejo y difícil de leer si decidimos que así lo sea y si buscamos la información equivocada en el.
Por ejemplo, no se a quien se le ocurrió aquella metodología casi mágica de abrir la Biblia al azar y encontrar una respuesta de parte de Dios, para probar que Dios nos habla, pero sabe, eso no es Dios, ya que la Biblia no trata de nosotros, la Biblia trata de Dios por tanto, si usted piensa leer la Biblia con la intención de encontrarse a usted mismo, obviamente no se encontrará, pero si la abre y la lee con la intención de buscar y conocer a Dios, será el libro más fascinante de leer.
La Biblia no es un libro difícil de leer, no es un libro complejo, sólo es un libro en el que hay que poner un poco mas de atención que con el resto de los libros, porque está lleno de detalles que podemos no ver, ante el asumir que conocemos la historia.
Piénselo de esta manera, todos sabemos el hecho de que Dios nos creó a su imagen y semejanza, y todos hemos repetido esa famosa frase, pero pocas personas observan que desde el principio, Dios habla en plural al crear al hombre, lo menciona como “hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”, luego mas adelante, al leer sobre Abraham, vemos que estaba éste sentado a la puerta de su tienda cuando Dios decide visitarle e inmediatamente menciona a 3 varones, y pocos reflexionan al respecto, y pudiera mencionarle muchas escenas mas entre ellas la de Daniel cuando se encuentra en el horno de fuego, en las que Jesús interviene, es decir desde la creación y hasta su segunda venida, Jesús siempre ha estado presente, desde la Pascua Él mismo anuncia su muerte y la necesidad de que así sea por el bien del hombre, en pocas palabras, Jesús siempre ha estado ahí, pues su plan de morir por nosotros fue aún antes de que pecáramos.
Cuando abrimos la Biblia con la intención de descubrir a un Dios que siempre ha estado en control de las cosas y que tenía un plan desde siempre, aprendemos a sentirnos seguros, a verdaderamente confiar y a hacer las cosas correctas en Él, de otra manera, nos cuesta trabajo, pues no tenemos idea de si hacemos lo correcto y todo el tiempo vivimos y actuamos pensando en que Dios está ahí para nosotros y empezamos a creer todos los mitos que nos cuentan por ahí pues nos escudamos tras la idea de que “Dios es bueno” y todo aquello que parezca bueno para nosotros y a la vez nos sea cómodo, viene de Dios, aún cuando sea contrario a lo que Dios nos pide y dice en su Biblia.
Hace unos día hablaba con un grupo de personas acerca de la condición de humildad de Jesús, y les explicaba que la humildad es una condición del corazón y no una condición física ni económica, por tanto, Jesús no tenía porqué ser pobre cuando vino a la tierra, pues iría en contra de todo lo que nos enseñó desde antes de su venida, su vida en la tierra fue gloriosa en todos los aspectos, para que le pudiéramos imitar, desde el vivir una vida en salud, en santidad y con abundancia de todo aquello que la Biblia promete, incluidas nuestras finanzas, tal como Él lo hizo, Él vivió como príncipe, pues vino en calidad de hombre, pero a su vez de hijo de Dios y su papel era representar a Dios en todo.
Y no es mi intención el entrar en controversia con lo que usted haya decidido creer acerca de Jesús, sino a animarle a que tome una Biblia y tome el reto de buscar a Jesús desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y se de cuenta que siempre estuvo ahí, que siempre tuvo un plan y que nunca cambió, ni cambiará a pesar de las épocas, las modas, las circunstancias ni los tiempos, de modo que si lo imitamos tal como Él fue mientras estuvo entre nosotros, tendremos la vida que siempre planeó desde que creó al hombre en el Edén.
Es por ello que tenemos que buscar y entender a Dios por medio de Jesús, y no tratar de hacerlos a nuestro modo, ya que eso solo nos traerá frustración, al darnos cuenta que las cosas no son como pensábamos, pero al conocerlos en su actitud y en su papel tal como son, aprenderemos a vivir esa paz de entendernos bajo un plan, de entendernos bajo un cuidado y no bajo la voluntad de un Dios misterioso y místico que “por algo“ hace las cosas y que no nos revela su propósito, la cita de hoy nos habla de eso, para que conozcamos a Dios por medio de Jesús confiados en que nada cambia, pues todo es eterno y el plan fue perfecto desde un principio.