Hace semanas que he estado reflexionando acerca de la diferencia de los tiempos de cuando era pequeño y mis días actuales, le puedo confesar lo genial que era el ver a mi Padre como ese gran hombre que fue, pero a su vez el verlo como aquel gran héroe y que todo lo podía, mi Padre muy diestro en las cuestiones manuales y tecnológicas, era capaz de repararlo prácticamente todo y nada se le dificultaba, era verdaderamente un héroe para mi.
Cuando pienso en el término héroe, mi mente se remonta a aquellos héroes con los que crecí, aquellos que eran infalibles, aquellos cuyos uniformes nunca se ensuciaban y rara vez se rasgaban, aquellos héroes que no solo eran infalibles, sino a parte eran sabios, lo recuerda?, quien no se acuerda de ese Superman que ni siquiera se despeinaba a pesar de las batallas que libraba, creo que precisamente eso es lo que los hacía súper héroes, el hecho que pasaban por encima de los detalles normales y cotidianos y que tenían una fortaleza y naturaleza interna diferente a los hombres y mujeres comunes y promedio.
Pero todo eso con lo que muchos crecimos ya no es así, hace unas semanas me invitaron a ver la nueva película de Batman, en donde lejos de presentar a aquel Caballero de la Noche que no solo era millonario sino sabio y diestro, presentaban a un hombre completamente dominado por sus pasiones, débil y con una falta de identidad sin igual, solo el sufrimiento y la amargura que había en el lo movieron a sacar adelante la situación, pero creo que a lo largo de toda la película no solo yo, sino todos los que la vieron, estaban esperando que el famoso Batman fracasara y lo mas decepcionante de todos es que después de haber por fin triunfado, decide retirarse para seguir sus instintos.
Le soy honesto, a pesar de que la película estaba muy buen hecha, la verdad, es que al personaje lo hicieron pedazos y de aquel súper héroe que conocí, no quedó nada.
Después de esto que le comento, no me quedaron muchas ganas de ver películas de súper héroes, mas en mi larguísimo viaje de regreso de Asia me di la oportunidad de ver la nueva película del Hombre Araña, con la triste conclusión de haberme encontrado exactamente con la misma situación de la película que recién le comenté, un hombre sujeto a sus pasiones, un hombre que muestra su debilidad en todo momento y un hombre que lejos de ser un verdadero súper héroe, es solo un hombre con talentos que no aprovecha y de los cuales reniega todo el tiempo con su actitud.
Antes teníamos la necesidad de tener súper héroes y personajes a quienes admirar, nos emocionaba el hecho de pensar en ellos a pesar de que sabíamos que no existían, pero hoy en día es distinto, hoy en día tenemos una necesidad de compararnos con ellos y sacar su lado humano como para no sentirnos mal por no ser tan buenos como ellos, o que se yo, pero las personas han aprendido a disfrutar del hecho que no existe lo infalible y de que no existe lo perfecto, a las personas les gusta ver a aquellos que son superiores rebajados al nivel que ellas están.
Obviamente estamos hablando de seres que en realidad no existen, pero que vienen de una utopía que antes nos alimentaba, nos emocionaba y de cierta manera nos daba esperanza, y ahora simplemente son personas comunes con un algunos talentos y un poco de suerte.
Se que todo esto que le escribo se lee un poco o muy dramático, pero si toma un tiempo y lo analiza, se dará cuenta de que tengo razón y que la evolución de las películas de súper héroes he llegado al punto que le comento.
La preocupación que tengo detrás de esto, es si solo esto que le cuento solo aplica a los súper héroes o a todo lo que pasa en nuestra vida, no se si lo ha notado, pero últimamente los noticieros hacen exactamente lo mismo, tratan a como dé lugar de desprestigiar a los artistas y a los políticos y sacar a flote su lado humano, su lado carnal y su lado pasional, para hacerlos iguales a los que somos “normales” o que vivimos una vida promedio, es decir, en vez de ver hacia arriba y esforzarnos por soñar, tenemos una tendencia por hacer que lo bueno y lo especial deje de ser perfecto y deje de ser llamativo, para que deje de ser aspiracional.
Y que hay de Dios?, hacemos lo mismo con Él?, sabe, desafortunadamente si, hacemos exactamente lo mismo con Él, como?, sencillo, en vez de tomar su palabra y en vez de buscarle como Él nos pide, nos consideramos más listos que Él y decidimos tener una relación con Él a “nuestra manera” y decidimos que tenemos el derecho de opinar y decir las cosas que si creemos y que no creemos, sin darnos cuenta y en menos de lo que lo pensamos, hacemos de lo celestial y perfecto algo terrenal y algo común como nosotros lo somos, de hecho hasta pareciera que disfrutamos de hacer a Dios pequeño y le decimos “dioscito” o incluso de una manera por demás irreverente le llamamos “Chuy”, siendo que hemos dejado de lado la consciencia de que hablamos del Creador del Universo.
Nos atrevemos a decir que es Él quien nos acompaña a todo lugar, siendo que Él nos dice que es omnipresente y que estará donde nosotros estemos, pero no es por acompañarnos, sino para que tengamos consciencia de su omnipresencia y en todo lugar le invoquemos para que manifieste su poder, sin pensarlo y sin darnos cuenta, en vez de servir a nuestro Dios, lo hemos hecho nuestro siervo y nuestro mandadero.
Y se que muchos de los que leen estas líneas dirán para dentro de sí “no, yo no digo esas cosas y yo no actúo así”, pero si lo piensa bien, hay muchas actitudes de nuestro diario vivir que en realidad son contrarias a lo que Dios nos pide y todo el tiempo nos justificamos y en todo momento tenemos un pretexto, simplemente se ha convertido en algo natural en nosotros y todo aquello que nos recuerde lo que hacemos mal o de manera equivocada lo llamamos “religioso” y así lavamos nuestra consciencia.
La cita de hoy nos recuerda esto y nos invita a razonar nuestro patrón de pensamiento, ya que constantemente pensamos en quienes somos, en lo que sentimos y la justificación de porqué somos como somos, siendo que hay en nosotros una parte de súper héroe, hay en nosotros una capacidad de ser infalibles que funciona exactamente igual que con los súper héroes de la ficción, es decir tenemos acceso a una perfección y a ser infalibles por motivos que no dominamos y que no sabemos como controlar, pero que nos fueron dados por alguien superior a nosotros y que anhela que le imitemos y que aspiremos a ser iguales que Él.
Es por todo esto que le cuento, que le invito a que tome un tiempo, a que medite acerca de todos sus pretextos y todas su excusas y se de cuenta en su propia vida en donde está dejando de ser un súper héroe, la Biblia los llama Héroes de la Fe, porque su mayor cualidad es el creer y el ver hacia arriba y jamás traer lo alto hacia abajo.
Le invito a que crea en que aún hay súper héroes entre nosotros y que usted es uno de ellos, y que como los héroes de las historietas con las que crecimos, así usted y yo luchamos diariamente contra el mal, pero con la garantía de que éste no volverá, como ve?