Hace unas semanas venía manejando en carretera y por casualidad terminé escuchando un programa de radio en el que las personas comentaban acerca de que hacer cuando se encontraban en una situación en la que no recibían respuestas de Dios o bien simplemente las cosas iban tan mal que no sabían que hacer.
Le soy muy honesto, aunque reaccioné de manera escéptica al tema, me interesaba mucho el saber como es que responderían y cual sería su manera de pensar al respecto, pero en parte ya conocía la respuesta, ya que a este tipo de situaciones siempre hay solo un par de respuestas y todas redundan en lo mismo.
Después de darle varias vueltas al asunto, la respuesta que dieron a la situación fue la mas común: ante no recibir una respuesta de Dios o ante no saber que hacer en una situación, hacer el bien a alguien mas es lo mas adecuado.
Sabe, realmente me preocupan este tipo de respuestas, ya que son completamente contrarias a la palabra de Dios, pero son muy populares ya que dan un cierto confort a las consciencias de las personas, Dios no nos pide que hagamos el bien a otros, dice que amemos primeramente a Dios sobre todas las cosas, es decir, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser, posteriormente dice que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, pero note, que hay un orden al cual hay que respetar para poder asegurar vivir en la adecuada dimensión de la bendición.
Primero tenemos que tener claro que antes que amar a nuestro prójimo, tenemos que amar a Dios y nuestra relación con Dios no es muy distinta a la relación que tenemos con otras personas, imagine usted que está tratando de conquistar a la que será su novia, primero la corteja, luego averigua todo lo que pueda acerca de ella y hasta que la conoce bien la invita a salir y así sucesivamente, lamentablemente con Dios no sucede así, la mayoría de las personas dice amar a un Dios al que no conoce, pero peor aun, no siente la necesidad de conocerlo, al fin y al cabo ese Dios es “bueno” y todo lo perdona, además las personas están acostumbradas a quedarle mal a Dios!!, si como lo lee, la mayoría de las personas lleva en su consciencia la certeza de que en cierto punto le fallará a Dios y que no lo puede evitar!
Por tanto, no podemos estar preparados para amar a nuestro prójimo si no estamos preparados para amar a Dios, no lo cree?
Obvio, nuestra consciencia nos dice que al menos eso deberíamos de hacer, el amar al prójimo, pero sabe, la Biblia dice lo contrario, y tenemos que elegir entre tener una adecuada relación con Dios y el hacer cosas “buenas” para lavar nuestra consciencia.
Esto que le digo, no lo hago con la intención de hacerle sentir mal, solo que es algo que no deja de estar presente en mi corazón hace semanas, cada vez veo mas y mas personas que se dedican a “hacer el bien” a otras personas, mas tienen pereza, miedo o apatía a tener una relación con Dios y creen que por aquello bueno que hacen, compensan su mediocre y casi inexistente relación con Dios.
La cita de hoy, se ha convertido en mi absoluta favorita en toda la Biblia, ya que es la portadora de una gran verdad y es parte de un Salmo muy conocido por usted y por mi.
Todos hemos recitado el Salmo 23 en algún momento, e incluso muchas personas lo usan como consuelo o como esperanza, al pensar que su vida esta en manos de Dios, pero sabe, pocas personas se saben el capítulo completo y pocas lo entienden, pero note la importancia de conocerlo.
El Salmo 23 habla de hacernos no solo acompañar por Dios, sino hacerlo nuestro Pastor, dejar de caminar nuestros propios caminos y empezar a caminar por donde Él nos guíe y si así hacemos, estaremos rindiendo nuestra propia naturaleza a Él y no hay otra manera de hacerlo mas que por amor, ya que en la vida natural, las ovejas tampoco entienden la intención de su Pastor, pero confían en que las llevará a buenos lugares, en lo espiritual, sucederá de la misma manera, pero solo con amor y confianza lo lograremos y no solemos confiar en quien no conocemos, cierto?
Aunado a esto, todos o la mayoría conocemos la cita de Mateo 6:33 que nos habla de buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia, y que todo lo demás nos vendrá por añadidura, cierto?, el problema es que la mayoría de las personas entienden este pasaje solo de manera limitada, ya que solo suelen pensar en cosas relacionadas a ellas mismas, pero intentemos relacionar el Salmo 23:6 y esta cita y note el resultado.
El Salmo 23:6 declara que el bien y la misericordia de Dios nos siguen y Mateo 6:33 dice que las cosas que esperamos vienen por añadidura al buscar a Dios, por tanto, si nosotros ponemos en primer lugar a Dios y lo amamos, lo obedecemos y ponemos toda nuestra atención y nuestras fuerzas en Él, el amar a otros nos vendrá como natural, ya que tendremos la misma naturaleza que Él y es algo que no podremos siquiera evitar, ya que es parte de una promesa divina.
Ahora bien, esto no quiere decir que si usted hace algo por otros lo deje de hacer, solo es una invitación a que además se preocupe por hacer las cosas en el orden que Dios nos señala, potencialice sus acciones, logre que aquello bueno que hay en usted y en su corazón lleguen mas allá de su entendimiento y permita que Dios obre en usted de la misma manera como lo hizo en los hombres y mujeres de la Biblia y que su nombre sea grabado entre los héroes de la fe, aquellos que creyeron y obedecieron antes de opinar y hacer cosas por su propia cuenta.