No se si sea así en todo Latinoamérica, pero en México existe un dicho que reza: “cada quien habla de la feria de acuerdo a como le fue en ella” y hace referencia a que cada persona tiene una opinión respecto a cierta persona, lugar o circunstancia de acuerdo a su experiencia, o en otras palabras, justifica el hecho de cada quien tiene el derecho a tener su propia opinión, con lo cual no puedo estar mas que de acuerdo.
Es interesante el hecho de que cada vez nos acostumbramos a expresar nuestra opinión, la sociedad actual, los medios de comunicación y sobre todo los medios sociales nos ha abierto un espacio y pareciera que demandan de nosotros que expresemos aquello que pasa por nuestra mente y nuestro corazón, aunque en ocasiones no sepamos exactamente lo que dijimos y la intención con que lo hicimos.
Nos hemos acostumbrado tanto a opinar que ya lo hacemos en automático y lo hacemos acerca de todas las cosas, muchas veces ya no importa si realmente nos consta o no nos consta aquello sobre lo que opinamos, pero hay una gran necesidad de hacerlo, pareciera que nuestra naturaleza nos traiciona y nos tiende el pie para que hablemos de algo aunque “no hayamos ido a la feria”.
Este hecho lo pude notar mucho en las elecciones pasadas en México, lo noté en muchas personas y lo noté en mi mismo, donde las opiniones acerca de los candidatos fluían de un lado a otro e incluso lograban hacer que las conversaciones se tornaran en acaloradas y lamentablemente la mayoría eran opiniones basadas en hechos que a pocos o prácticamente a nadie le constaban, aunque parecieran mas que lógicas.
La Biblia nos dice de la abundancia del corazón es de lo que habla la boca (Lucas 6:45), es decir, de aquello que están llenos nuestros pensamientos y sentimientos, es de lo que vamos a hablar todo el tiempo, por tal, es algo que difícilmente podremos disimular, ya que no nos podemos engañar a nosotros mismos y hablar cosas diferentes de lo que pensamos y sentimos.
Es justo en ese punto en el que me empiezo a preocupar, al entender la veracidad de la palabra de Dios, al darme cuenta que ésta no se equivoca y que cualquier persona puede saber quien es otra persona y ver lo que pasa en su mente y en su corazón con tan solo poner un poco de atención a sus palabras, es decir, cualquiera puede incluso entender la relación con Dios que tienen otros con tan solo poner un poco de atención.
Se ha puesto a pensar en esto?, piénselo de esta manera: si cada vez mas opinamos mas a la ligera una y otra vez y si cada vez mas opinamos cosas de las cuales no tenemos constancia y simplemente se basan en lo poco que oímos de alguien mas o algo que nos dijeron, corremos el riesgo de tener un corazón lleno de cosas e incluso sentimientos sin fundamentos y todos sabemos que todo aquello que no tiene fundamento es perecedero.
La Biblia nos habla de que el lugar que Dios aspira ocupar en nosotros es nuestro corazón, probablemente esto le vaya a sonar muy exagerado, pero creo que es una muy buena manera de plantearlo, imagine que quisiera usted hacer habitar a Dios el Rey del Universo en su corazón el cual esta lleno de cosas efímeras y sin fundamento y pretenda usted sentarlo en un trono hecho de papel y a la carrera, porque lo hizo con lo que tenía a la mano, como que no hace sentido verdad?
Si lo pensamos, lo reflexionamos y lo llevamos de lo natural a lo espiritual, los Reyes suelen sentarse en grandes y ostentosos tronos, hechos de oro refinado y adornados con piedras preciosas y hasta el día de hoy aun podemos admirar esos “tesoros” en los que los Reyes se sentaban en museos y castillos alrededor de todo el mundo y son piezas que no solo perduran y permanecen, sino con el tiempo aumentan de valor al grado que algunos son invaluables el día de hoy.
Justo de la misma manera tiene que ser todo aquello que pasa por nuestra mente y nuestro corazón, refinado como el oro y la plata y elaborado y con gran detalle como las piedras preciosas, para que dentro de nuestro corazón haya materiales dignos de un Rey y que podamos con ellos hacer una verdadera morada para el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Debido al gran flujo de información que hay hoy en día y al modo acelerado en que vivimos, esto que le cuento a veces pareciera exagerado y ajeno, porque hoy en día todo es mas fácil y todo es mas sencillo, pero sabe, nos hemos olvidado que las cosas en la tierra pueden cambiar todo lo que quieran, pero en el Reino de los Cielos no es así, nada cambia y todo es mejor de lo que cualquiera pudiera soñar siquiera por tal no es necesario que evolucione o cambie.
La cita de hoy es un recordatorio de todo esto que le cuento, sabe, las cosas de Dios son diferentes a como son las cosas en la tierra y en nuestra vida cotidiana, Dios no admite nuestra opinión acerca de ningún tema relacionado a Él, porque Él es absoluto y cualquier opinión acerca de Él podría minimizar su poder o su efecto eterno en nosotros, con Dios no hay vuelta de hoja, lo único que podemos hacer con Dios es creerle y cuando me refiero a creerle, le refiero a lo literal y lo extremo, porque solo creyendo en lo que Él es y en lo que Él dice, es como su poder, su favor, su amor y todo aquello que es cotidiano donde Él habita, será puesto en nuestras manos para que lo usemos y lo multipliquemos de manera que su Reino sea establecido no solo en nuestro corazón, sino en toda nuestra vida para que el mundo efímero en el que vivimos desaparezca.
Muchas personas no reciben el favor de Dios en su vida a pesar de que dicen orar y orar y orar, pero sabe, muchas de sus oraciones están basadas en sus opiniones o en las de alguien mas y no en lo que Dios es y en lo que deberían de creer, una vez que nos damos el lujo de opinar, la verdad de Dios se hace a un lado y también así sucede con su favor y su poder, es por eso que tenemos que estar muy seguros de quien es Dios y que es lo que espera de nosotros, para que podamos abrir nuestra boca confiados de que todo lo que digamos es cierto y hecho en nuestra vida y en nosotros.
Afortunadamente con Dios no tenemos que ir a la feria, por tanto no tenemos que opinar de como nos fue con Él, ir a la presencia de Dios (a la verdadera presencia y no aquello que usted pudiera opinar) es una garantía, es una respuesta inmediata y una solución gloriosa, puede usted creer en esto? o prefiere seguir opinando?
Yo le creo a Dios y mi opinion es que le conoscamos por medio de su Palabra, para algo nos la dejó, Bendiciones.