Puedo decir que me fascina observar a las personas y entender que pasa por sus mentes y sus corazones a veces sin tener siquiera que escucharlas o conocerlas, es una costumbre que adquirí hace tiempo, y fue una combinación de pasar largos ratos en los aeropuertos y el aprender a amar a los demás por medio de la palabra de Dios.
Por medio de observar a las personas me he dado cuenta que existe un patrón muy repetitivo en la manera en la que las personas perciben las cosas de Dios, y este tiene que ver con el hecho de hasta cierto punto mistificar las cosas y hacerlas absolutas, en otras palabras o las cosas son o simplemente no son.
Las personas suelen tener 2 pensamientos muy básicos y muy comunes acerca de ese “son o no son”:
1.- Normalmente las personas suelen pensar que tener una relación con Dios tiene que ver con el pedir y están sujetas a la “voluntad de Dios”, y pareciera que si Dios esta “de buenas”, se los concede y si no, pues “Dios por algo hace las cosas”.
2.- Las cosas espirituales son para personas especiales, es decir o eres especial o no eres especial, luego aquellos que tienen el privilegio de “ser especiales” tienen la responsabilidad de orar por los otros e interceder por ellos, ya que están “mas cerca de Dios”.
Se que estos dos puntos se ven un poco radicales planteados de esta manera, pero créame, son mas reales de lo que se imagina, no tiene usted idea de cuantas personas viven pensando de esa manera y no se dan cuenta que con Dios las cosas son de manera distinta, Dios anhela y necesita que pasemos por un proceso y hagamos las cosas mas a su manera y menos a la nuestra y que entendamos las cosas tal como nos las dejó por escrito.
Hace unas semanas un buen amigo que se auto denomina “el preguntón” me escribió un correo confesándome que le incomodaba que en repetidas ocasiones mencionara el hecho de que entender las cosas de Dios “es muy fácil”, me comentaba que ha adoptado la costumbre de leer la Biblia y que a veces simplemente no entiende nada o no encuentra las respuestas que necesita para su vida cotidiana, a lo que tuve que responder lo siguiente:
Normalmente solemos buscarnos a nosotros mismos en la Biblia, es decir, buscamos cosas que tengan que ver con nosotros para identificarnos o bien, solemos buscar respuestas mágicas o que de la nada nos hagan entender cosas asombrosas, pero la realidad es que Dios sabe quienes somos y sabe como es que pensamos, y precisamente por eso se tomó el tiempo y nos dejó por escrito lo que debemos de saber de acuerdo a como lo podemos entender, es decir de manera simple y le voy a poner un ejemplo que me acaba de dejar atónito hace un par de días.
El pasado fin de semana conocí a Alex, mejor conocido como Ito, desde el momento que le vi entendí que esta enfermo y que sufre de algún tipo de cáncer, es mas que evidente por si cabeza calva, pero había algo en el que no combinaba con el resto de su aspecto, su sonrisa, era algo tan “irritante” a la vista (ya que normalmente una cara triste acompaña a un enfermo así) que no pude evitar acercarme a el y platicar con el, simplemente quería saber mas, y sabe, descubrí a una persona enferma en su cuerpo mas no en su corazón, y eso es simplemente asombroso.
Nos encontrábamos en un campamento de jóvenes y durante ese fin de semana Ito iba a compartir algunas palabras y hablar de lo que Dios ha hecho en su vida desde que enfermó, obviamente no me lo quería perder por nada del mundo.
Cuando fue el tiempo, Ito empezó a hablar de su proceso, es decir, nos contó paso a paso lo que le pasó, no dejó fuera ningún detalle, tanto lo bueno como lo malo, es decir, en ningún momento trató de auto-consolarse frente a los demás, ni pretendió ser mas fuerte de lo que es, pero tampoco dejó de mencionar lo difícil de cada etapa de su enfermedad, pero sabe, siempre y todo el tiempo y a pesar de aun estar enfermo, habló de las cosas como algo que va a pasar, algo que no es permanente en su vida y habla de ello con una convicción que emociona.
El conocer y el escuchar a Ito transformó mi vida, como se lo comenté a el en su momento, mi manera de entender a Dios y mi manera de escribir acerca de Él cambiaron a partir de ese momento, y aunque aun no esta sano por completo o como todos quisiéramos, su recuperación avanza minuto a minuto, y estoy convencido que los 2 mayores contribuyentes a ello son su confianza en Dios y su disposición a disfrutar el proceso.
Muchas veces oramos a Dios esperando que las cosas cambien de la noche a la mañana, de manera mágica, todos hemos tenido algún pariente o amigo enfermo como Ito, y normalmente entendemos su recuperación como un milagro, pero que pasaría si entendemos las cosas como Ito lo hace, como la palabra lo explica?
La cita de hoy es parte de una historia fascinante, el Profeta Elías había orado a Dios para que dejara de llover y así sucedió por 3 años, cuando supo que era tiempo de demostrar quien era Dios y como le respaldaba, anunció al Rey que volvería a llover y este no le creyó, Elías simplemente invocó al Dios de los cielos y esperó y envió a su siervo a observar el cielo, y lo envió 7 veces, y no fue sino hasta la séptima ocasión que fue a ver que vio una pequeña nube del tamaño de la palma de una mano, aunque muchos no lo entendieron, el Profeta lo celebró, esa pequeña nueve era la garantía de la lluvia y así sucedió, llovió como había anunciado y como Dios había dicho que lo haría.
Es mi personal opinión que muchos no reciben aquello que esperan de Dios por falta de paciencia, por querer las cosas aquí y ahora y no están dispuestos a pasar por el proceso, y hay quienes viven como Ito, viendo como esa pequeña nube del tamaño de la palma de una mano se hace grande poco a poco hasta que suelta una tormenta refrescante sobre el.
Es por eso que leyendo la Biblia es mas fácil entender las cosas, hay que entender que Dios necesita que pasemos por un proceso, pero ese proceso no nos lo podemos imaginar, lo tenemos que leer para que lo podamos aplicar a nuestra vida, por tanto, que espera?, cuando empieza su proceso? para que empiece a ver pequeñas nubes por todos lados en su vida.