Para muchos tener fe es creer en algo que no está ahí en ese momento pero que esperan y confían en Dios que haga, y no están del todo equivocados, lo complejo comienza en el momento de entender que es lo que cada persona espera de Dios y como es que espera que lo haga.
En muchas ocasiones me he desesperado y he orado intensamente para pedir un cambio, para pedir a Dios que solucione algo en mi vida, que obviamente fue ocasionado por mis hábitos desordenados y mi manera de vivir, y recuerdo haber orado pidiendo una solución, pero dentro de mi, veía esa solución tan ajena y tan alejada de mi, que me costaba trabajo el creer, porque no veía como es que Dios lo pudiera hacer.
En la mayoría de los casos, nos cuesta tener fe, porque hay tanto ruido en nuestra alma, que nos es imposible el escuchar a la voz de Dios, es decir, estamos tan abrumados y tan enfocados en el problema que nuestra mente y nuestro corazón no tienen espacio para Dios, y esto es más que irónico, ya que es a Dios a quien invocamos para que nos ayude y a su vez no le damos espacio para que nos responda y para que sea Él quien actúe.
Uno de los mayores factores que causan ruido en nuestra alma, es la culpa, ya que no estamos acostumbrados a entender y razonar en el sentido de que nuestra relación con Dios se trata de Dios y no de nosotros, y le voy a dar un ejemplo que espero le deje muy claro esto y le ayude a salir de un problema si es que esta en el, o bien le de herramientas para el futuro.
He adoptado el hábito de leer la Biblia en diferentes versiones, es decir, traducciones e interpretaciones diferentes del español y de otros idiomas, ello me ha llevado a entender mucho mejor muchos pasajes, y a no quedarme con la primer respuesta que por lo general no entiendo, y el día de ayer leía acerca de la vida de Moisés y de como es que fue enviado a sacar al Pueblo de Israel de Egipto.
Note esto, Moisés salió huyendo de Egipto por haber matado a un soldado egipcio, cosa que solo unas pocas personas sabían pero que su culpa le hacía creer que muchos se habían enterado, desde el momento que había matado al soldado, hasta el momento que fue llamado por Dios, habían pasado 40 años, y el puro hecho de tener que regresar a Egipto, ponía la piel de gallina a Moisés, en menos de lo que se dio cuenta, estaba metido en un aprieto y uno grande, no solo tenía que regresar a Egipto, sino que encima de eso, tenía que ir con voz de autoridad a reclamar al Faraón (quien había crecido a su lado como su hermano) la opresión que ejercía sobre los Israelitas y demandar que los liberara!
Puedo entender claramente como es que se sentía Moisés, pero a su vez me doy cuenta que lo que el sentía y el propósito de Dios son 2 cosas completamente distintas, Moisés estaba abrumado por la culpa que sentía ante un pecado no confesado, y Dios encontró a alguien con todas las cualidades y un corazón recto delante de Él para liberar a su pueblo, interesante, no?, pareciera que estamos hablando de dos personas completamente distintas.
Ahora que lo veo escrito, me queda aún mas claro que antes, que interesante entender que donde Moisés ve un gran problema, Dios ve una gran oportunidad, y la única razón por la que era así es porque Moisés no podía quitar sus ojos de sí mismo, y no fue sino hasta que puso su mirada y su atención en Dios que entendió y accedió a ir a Egipto.
La cita de hoy es parte de ese relato, y me emociona ver la manera en la que Dios hace las cosas, note como Dios pregunta a Moisés que es lo que tiene en su mano y Moisés responde que una vara de pastor, y es esa vara la que luego transforma en serpiente y con ella realiza el primer milagro en nombre de Dios para demostrar al Faraón que no va por voluntad propia, sino por instrucción y con el respaldo de Dios.
Cuando estamos en problemas, nos sucede igual que Dios y quiero enumerarle algunos puntos importantes que debería de observar:
1.- Muchas veces no actuamos porque la culpa de algo que cometimos o de algo que no hicimos, no nos permite ver el plan de Dios, y no nos damos cuenta que Dios no necesita sacarnos del problema, ya que lo que vemos como un problema, es una oportunidad pa Él.
2.- No es importante lo que Dios pueda hacer por nosotros y nuestra necesidad, lo que realmente tiene valor y peso, es lo que Él puede y quiere hacer por medio de nosotros, eso nos convierte de personas sujetas de misericordia a personas que caminan en gracia y con el poder de Dios.
3.- A Dios no le importa nuestro pasado, eso no lo ayuda a Él en sus planes, Él anhela que le entreguemos nuestro futuro, tenga la seguridad que si Él pone en su corazón el hacer algo, no es para que se tarde usted en pedir perdón, es para que se sienta amado, perdonado y agradecido por haber sido escogido como un instrumento de su obra.
4.- La solución a sus problemas está en sus manos, tal como la vara de Moisés, pero no será capaz de verla a menos que quite la atención de usted mismo y la ponga en Dios y en lo que Él quiere hacer en su vida y en la vida de los demás por medio suyo.
5.- En el momento que Dios le habla, usted deja de ser importante, ya que ya es parte del equipo de Dios, ahora son importantes quienes serán beneficiados por aquello que Dios haga por medio suyo.
Por tanto, es mi invitación a que si usted está en un momento de dificultad, no importa de que tipo, haga un alto y déle espacio a Dios en sus pensamientos y en sus sentimientos y antes de pedir por una solución desesperada, permítale a Dios que le diga que tiene planeado y que se luzca por medio de aquello que hará a través suyo.
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