Me llama mucho la atención escuchar a las personas cuando hablan y mas cuando hablan acerca de Dios, de la relación que tienen con EL y las cosas que hace en su vida.
Una de las conversaciones mas frecuentes que me toca escuchar es acerca de las cosas que las personas esperan de Dios, de las cosas que piden a Dios, de las cosas que necesitan de Dios y me llama la atención que muchas de estas personas esperan un milagro y es justo ahí, al llamarlo el milagro donde le dan un toque místico y un poco absurdo al asunto, ya que creen que se le llama milagro solo por estar fuera de su alcance, pero poco se preocupan por enterarse si siquiera esta dentro de la voluntad de Dios o que es lo que opina Dios acerca de este famoso “milagro”.
Muchas personas relacionan el creer con el sentir, es decir, parecería que necesitan convencerse a si mismas de que creen e intentan con todo su ser el sentirlo y se aferran a este sentimiento como una señal de la fe en aquello que creen, pero muchas veces (no siempre) esto que creen, no tiene ningún tipo de fundamento y por mucho que lo sientan, en realidad no lo creen y no les servirá de mucho el sentirlo, por intenso que lo hagan.
En la Biblia la palabra de Dios es representada por el agua, y Dios hace muchas menciones de esta agua de distintas maneras, como lluvia, como ríos, como lagos y como mares, es decir hay muchas maneras de dimensionar la palabra de Dios a lo largo de la misma Biblia, pero la de hoy en específico me gusta mucho y tiene mucho que ver con lo que le comente hace un rato, sobre el creer, sobre el que creer y sobre el como creer.
La cita de hoy tiene lugar en un lago, en el cual se encontraba Simón terminando de pescar y frustrado por no haber podido pescar nada, de hecho ya estaba limpiando sus redes, cuando llega Jesús y le indica ir mar adentro y echar sus redes de nuevo.
Note como a pesar de ser un lago, Jesús le indica ir mar adentro, es decir, le indica ir a un lugar mas allá de donde suele ir y mas lejos de donde el resto de las personas van, con ello me quiero imaginar que le indica ir a donde ya no se ve la orilla por ningún lado y da la sensación de estar en el mar y la razón por la que hace esto es sencilla y se la quiero compartir.
Cuando hablamos de creer, nos gusta creer en las cosas que vemos, nos gusta creer en las cosas que necesitamos y dimensionamos, pero poco creemos en las cosas que no vemos, porque no las entendemos, y para esto me llama la atención que Jesús le indique a Simón ir mas allá, siendo que no estuvo ahí cuando este estaba pescando, sino llego cuando ya había terminado, esto es exactamente igual que nuestro creer, no es necesario que alguien vea como es que creímos, es común que creamos poco y muchas veces solemos ir a los mismos lugares a creer y creemos en las mismas cosas, aunque no nos den resultado y no obtengamos fruto de ello.
Si relacionamos el creer y el pescar y lo dimensionamos con la palabra de Dios representada por el agua, nos gusta creer en cosas que nos son visibles, que nos son cómodas y que no nos alejen de la realidad (la orilla), de aquello que nos es conocido, de hecho hay quienes se aventuran en meterse al agua (a la palabra de Dios) a creer, pero solo lo hacen hasta el punto donde aun sus pies aún tocan el suelo, es decir hasta donde aún tienen el control de la situación, o bien si van en una barca donde aun vean el suelo, o donde hayan visto a otros ir.
Jesús sabía esto y es por eso que hace una invitación a Simón a ir mar adentro (a pesar de que se trata de un lago), es decir ir a donde la orilla no se ve, y echar sus redes en aguas profundas y desconocidas (desconocidas por nosotros, recuerde que estamos hablando de la palabra de Dios) y recibir bendiciones nuevas, tantas que amenacen (en teoría) con hundir nuestra barca.
Con esto quiero dejar en claro lo siguiente, tenemos que aprender a creer, el problema es que la mayoría de las veces no sabemos en que creer, muchas personas creen que la Biblia esta escrita en un código secreto y que lo que ahí viene escrito son algún tipo de parábolas que solo alguien “muy espiritual” puede entender, pero en realidad no es así, si Dios dice que seamos fieles en diezmar por ejemplo (Malaquías 3:10) y que no nos faltará que comer y que habrá abundancia, es simple y sencillamente cierto, si Dios hizo descender fuego del cielo para respaldar la oración de Elías, le aseguro que así fue, y Jesús murió en la cruz para darnos salvación, es tan cierto y tan real como los ejemplos anteriores, solo esta en nosotros el echarnos un clavado en las aguas de la palabra de Dios y llevar nuestro creer a aguas mas profundas, en donde nos alejemos de las cosas que vemos, conocemos y nos han dicho (la orilla), para que echemos nuestras redes y recibamos mas allá de lo que hemos podido imaginar siquiera.
Por tal, en éste día le quiero invitar a que se familiarice con su Biblia, si cree que la que tiene esta llena de palabras raras y rebuscadas, compre una Biblia actual, como la Nueva Versión Internacional (NVI), la Traducción al Lenguaje Actual (TLA) o la Nueva Traducción Viviente (NTV) (mi favorita) en la que pueda aprender a irse metiendo a esa agua poco a poco hasta donde llegue al punto de tener una verdadera fe, basada y fundamentada en cosas que no conoce de vista, pero que tienen que ver con el Dios todopoderoso en el que muchos dicen creer, pero que no tienen idea de quien es y aprenda que solo ahí, mar adentro, es donde El le llenará de favores.
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