Creo que todos en alguna ocasión hemos escuchado la leyenda acerca de las tinajas llenas de oro al pie del arcoiris, cierto?.
Cuenta la leyenda que cada vez que aparece el arcoiris tenemos la oportunidad de ir en búsqueda de un par de tinajas llenas de oro que al pie del arcoiris, una en cada extremo y que aquel que las encuentre, las puede conservar.
Obviamente sabemos que esto no va mas allá de la leyenda, es decir, todos sabemos que no es verdad, ya que el arcoiris no es otra cosa que el reflejo del sol sobre la lluvia, por tanto no tiene un principio ni un fin, ya que es sólo un efecto óptico (para muchos, ya que en realidad representa una promesa de Dios, pero esa es otra historia).
Al día de hoy, no he conocido una sola persona que haya decidido ir en búsqueda de las tinajas de oro, aun los niños no lo hacen y sabe por que no lo hacen? (a parte de que no existen), es simple, porque nadie cree en la leyenda, por tanto el esfuerzo de ir en búsqueda de ellas, no vale la pena el esfuerzo.
De pequeño diseñé una estrategia para engañar al arcoiris, ya que estaba consciente de que era un efecto óptico, yo me quedaría parado en un lugar donde pudiera ver exactamente donde empezaba y donde terminaba el arcoiris y alguien iría a ese lugar y estaríamos en contacto via radio para poder determinar ese lugar y excavar para encontrar las tinajas, la verdad es que nunca llevé acabo el plan y no paso de ser eso, un plan, que nunca sucedería.
La cita hoy es una que no solo figura entre mis favoritas, sino que es una por la cual rijo mi vida, de hecho, la tengo impresa y enmarcada en un portarretratos de gran valor y está siempre en mi escritorio, de manera que quien entre a mi oficina la pueda ver y si no me pregunta sobre ella, mínimo se lleve de tarea el reflexionar acerca del Reino de los Cielos.
Esto se lo cuento, porque a su vez, la cita de hoy tiene que ver con un tesoro, tal como el que está a los pies del arcoiris, y lamentablemente tiene el mismo trato de las personas que el de la leyenda, nadie va en búsqueda de el, porque nadie cree en el…
Así como lo lee, el Reino de los Cielos es como un tesoro, es decir, es algo de gran valor, por no decir invaluable, y tiene 2 características muy especiales, la primera, es que es de los cielos, en otras palabras, viene de donde habita Dios, y segundo, lo podemos traer a esta tierra y obtener sus beneficios como si estuviéramos en aquel lugar donde Dios habita.
El problema radica en que todos tenemos la idea de que todo allá donde esta Dios es bueno, lo cual es cierto, y que en donde habita Dios hay abundancia, lo cual también es cierto y que Dios dispuso todas sus riquezas y la abundancia de todo aquello que queremos y anhelamos a nuestra disposición, lo cual también es cierto, y a pesar de creer y estar convencidos de todo esto, no nos atrevemos a ir por ese famoso tesoro que contiene no solo todo lo que necesitamos, sino mas de lo que pudiéramos querer o pedirle a Dios.
Y sabe por qué es esto?, es sencillo, porque no estamos acostumbrados a creer en algo que no vemos, y por lo general no solemos ver el Reino de los Cielos, ya que no sabemos como identificarlo, aun cuando lo tuviéramos enfrente, ya que no sabemos como se ve o como se toca, ya que pretendemos verlo de acuerdo a lo que conocemos o a las cosas a las cuales estamos acostumbrados, a ver todo por medio de nuestra propia óptica y no por medio de la óptica de Dios.
Una vida de Reino, es precisamente eso, el creer sin ver, pero no creer en cualquier cosa, sino creer en lo que esta escrito, creer en que las matemáticas de Dios son diferentes a las que nosotros conocemos, ya que en la Vida de Reino 2 + 2 no es igual a cuatro, mas bien 2 peces y 5 panes son suficientes para alimentar a mas de 5,000 personas, pues es el reflejo del corazón de Dios, una Vida de Reino es capaz de amar, sin esperar ser reconocido o siquiera correspondido por esa persona a la que amamos, y cuando lo hacemos lo hacemos racionalmente y no sentimentalmente.
Muchas personas no se acercan a Dios o a la iglesia siquiera, porque creen que tienen que cambiar su vida a cambio de tener el derecho y la oportunidad de acercarse a Dios y su conciencia los acusa sobre las cosas que deberían de dejar o cambiar, pero la Vida de Reino no tiene nada que ver con eso, la Vida de Reino nos hace entender que somos merecedores de acercarnos a Dios y recibir de sus beneficios, no por quienes somos, ni por lo que hagamos, ni siquiera por las cosas que cambiaremos por consecuencia de nuestra cercanía a Dios, sino porque Dios nos amó primero y por el simple hecho de reconocerle como nuestro Señor y Salvador, nos convierte en herederos de un Reino que va mas allá de nuestro entendimiento y de la opinión de los demás, y nos enseña que todo el Reino está a nuestra disposición, si es que así lo decidimos.
Por tanto, la Vida de Reino tiene que ver con el creer, así como el hombre de la cita de hoy estaba convencido de que podía tener acceso al campo del relato y que para poder asegurar el tesoro completo, tendía que dejar su identidad urbana, para poder aprender el estilo de vida campirano, así que tener una Vida de Reino tiene que ver con el cambio de identidad, de pasar de ser solo nosotros para pasar a ser Hijos de Dios, y ese es el precio que hay que pagar, el creer sin ver, el sabernos merecedores de la sangre y el sacrificio de Jesús en a cruz y vivir agradecidos por ello, cree usted que puede ir por ese tesoro?, o prefiere seguir pensando que es una bella y simpática leyenda como la del arcoiris?.
Dispuesta a buscar el tesoro que Dios me regala… tengo el agrado de compartir que un día como hoy 22/08/1992, hace 19 años, tuve el agrado y la oportunidad de ser una de las escogidas por Dios para formar parte de su redil, todo este tiempo Dios me ha tenido paciencia y a pesar de mis debilidades y pecados Dios ha sido fiel conmigo… Declaro en nombre de mi padre celestia y con testigo que mi vida no será igual a partir de hoy…. Dios obrará en mi vida grandemente y para su gloria seré su instrumento. bendiciones René, apesar que no tengo la oportunidad de conocerlo personalmente, reciba este cariño para usted y su familia y que Dios le siga utilizando grandemente.