Una vida en Cristo es mucho mas que una vida donde las cosas salen simplemente bien y estamos libres de problemas, el que piense así, lamentablemente no tiene idea de quien es Dios ni de lo que puede perseguir en El.
Todos sabemos que Dios quiere cosas buenas para nosotros, la diferencia muchas veces radica en que nosotros no sabemos que es lo que es bueno para nosotros y lo confundimos con lo cómodo o lo que nos conviene en ese momento, pero no por ello es bueno, puede ser agradable, pero será efímero y Dios quiere lo bueno y lo eterno para nuestras vidas.
Una de las cosas que las personas no persiguen mucho, es la vida de Reino, y quiero pensar que lo entienden como lo entendía yo hace algún tiempo, pensaba que vivir una vida de Reino tenía que ver con la iglesia, cuando no es así, es algo mas complejo y a su vez mas sencillo, pero en definitivo es algo glorioso.
Sabemos que Dios es omnipresente, es decir, esta en todos lados, pero curiosamente vivimos como si no fuera así, es más, hablamos de El como si no estuviera presente y como si no pudiera escuchar nuestras palabras, pero al hacerlo (hablar de El) destacamos cada una de sus cualidades, aun la de omnipresente, y lo hacemos porque no creemos que pudiéramos estar en su presencia todo el tiempo, y es hasta cierto punto cierto, no podemos estar en su presencia todo el tiempo, pero si podemos vivir bajo su efecto todo el tiempo, y de eso se trata la vida de Reino.
La diferencia de estar en presencia de Dios y que su presencia nos acompañe, radica en que si estamos en presencia de Dios, nuestro espíritu está preparado para adorarle, para dedicarse de todo a El, el que la presencia de Dios vaya con nosotros se trata de que su efecto nos acompaña y de que podemos invocar todo aquello que esta escrito a nuestro favor en la Biblia y hacerlo verdadero y tangible en nuestra vida cotidiana, que para muchos parecerá espectacular, ya que venimos de un lugar espectacular.
Habemos muchos que en alguna ocasión decidimos seguir a Cristo y en nuestro sentir nos comprometimos a muchas cosas que luego no cumplimos o sentimos como que eran una carga demasiado pesada para llevar y las dejamos de hacer, luego, el sentimiento de culpa generado por esa decisión nos hace mas difícil el mantenernos bajo esa presencia que puede acompañarnos a todo lugar y tener un efecto en nosotros.
La verdad es que nos será difícil vivir una vida en Cristo si no entendemos el Reino, es decir si no entendemos la vida que El nos ofrece, muchas veces queremos solo los efectos espirituales mientras vivimos en un mundo físico, pero en realidad el Reino de Dios se trata de vivir un mundo espiritual en un mundo físico, es decir, no conformarnos y no limitarnos a lo que vemos, sino aspirar a lo que creemos por medio de lo que leemos en la palabra, dejar que el Espíritu de Dios y su presencia estén con nosotros todo el tiempo.
El primer paso para vivir una vida de Reino tiene que ver con nuestra mirada, es decir, tenemos que aprender en donde y en que poner nuestros ojos, que es lo que tenemos que perseguir, no cometer el error que muchos cometen, que es el poner sus ojos en una vida tranquila y sin problemas, como lo decía al principio de este escrito, eso no es Dios, eso no es una vida en Cristo y por tanto no es una vida de Reino, tenemos que poner nuestros ojos en las batallas y las victorias que tendremos contra nuestros malos hábitos, contra las cosas que nos hacen sentir mal, contra la escacez y creer en ello, y dar el siguiente paso que es vivirlo para poder entrar en la vida de Reino.
Como me imagino que usted lo sabe, el pueblo de Israel pasó 40 años en el desierto, haciendo una caminata que solo le hubiera tomado unos cuantos meses hacer si hubiesen caminado en línea recta, pero dice la palabra que eran de dura cerviz (de duro entendimiento) y estaban acostumbrados a vivir bajo su entendimiento y al alcance de sus fuerzas, ignorando que era Dios quien los había sacado de Egipto de manera milagrosa, de manera que una y otra vez a lo largo de su éxodo se quejaban e incluso pensaban que donde habían estado (en cautiverio en Egipto) estaban mejor y lo reclamaron a Moisés en repetidas ocasiones, por tanto hasta que aprendieron a vivir y pensar poniendo su mirada solo hacia el frente y en las cosas de Dios estuvieron preparados y capacitados para vivir una vida de Reino, en la que dejaban de ser esclavos y empezaban a ser conquistadores de la tierra que Dios había prometido miles de años atrás a su pueblo.
Si usted ha decidido seguir a Cristo o piensa hacerlo y no ve el como es que Dios pueda manifestarse en su vida o aun no ve el efecto de haber tomado esa decisión, probablemente tenga que ver con que esta comparando su vida pasada con su vida en Cristo, eso le va a hacer mas difícil las cosas, por tanto le invito a que haga como dice la cita de hoy, ponga su mano en el arado, es decir tiene que prepararse para sembrar y el arado es apenas el aflojar la tierra para que la semilla caiga, crezca y de fruto, es decir, busque a Dios, deje que El derrumbe sus conceptos de vida, para que la semilla caiga en buena tierra y de su fruto, pero ojo!, no caiga en el error de muchos, no voltee atrás, pues el surco le puede salir chueco y en vez de ir en línea recta, le puede pasar como a los Israelitas y andar caminando en círculos durante mucho tiempo y perdiéndose de la verdadera bendición.
Wow!, Palabra de Dios vino a mí, buscaré el surco en línea recta, no mirándo atrás y proseguir a la meta, llena de bendiciones para mi vida, apesar de que piensa que no me conviene.
Gracias Rene, Dios te colme de bendiciones!