No estoy seguro de cuanto tiempo exactamente, pero estimo que alrededor de hace unos 25 a 30 años, una mujer decidió seguir a Cristo, es decir decidió dejar su manera de vivir, para empezar a vivir de acuerdo a lo que la Biblia hablaba y lo que en su corazón había, a lo que ardía en ella, decidió creer que todo lo escrito en la Biblia es verdad y no solo eso sino que aplicaba a su vida, como si estuviera escrito prácticamente en exclusiva para ella.
Esta mujer estaba tan llena de lo que Dios había puesto en ella, que decidió compartirlo con las personas a las que amaba y apreciaba, a pesar de que las circunstancias de su vida personal no eran las mejores, ya que como todas las demás personas vivía en un mundo que ante la realidad de Dios parecía irreal.
Dentro de esas personas con las que compartió de lo que Dios había una mujer que tenía una gran necesidad de Dios y decidió acompañarla a la iglesia, y su marido decidió acompañarla para asegurar que no fuera engañada y envuelta en una religión ajena a la suya propia, al llegar a la iglesia, este hombre descubrió que lo que había en el corazón de esta mujer era auténtico y que se trataba de un Dios vivo, de manera que ese mismo día decidió cambiar su vida de manera radical, en menos de 6 meses no solo había leído la Biblia entera, sino estaba enseñando acerca de ella en la iglesia, poco tiempo después Dios habló a su corazón y le retó a dejar su vida corporativa y llena de comodidades para ir a otra ciudad a compartir de la palabra de Dios a cuanta persona se encontrara en su camino, y a fundar una iglesia donde en realidad no se compartía de la palabra de Dios a nadie y dejarse sorprender de que no dependía de su vida corporativa para vivir cómodamente sino que Dios premiaría su obediencia con negocios y propiedades fructíferos que le dieran el tiempo necesario para hacer del servicio a Dios su prioridad.
La misma mujer de la que le hablo después de un tiempo se mudó a otra ciudad, sin dejar de buscar a Dios y decidió abrir las puertas de su casa a una pareja que venía llamada por Dios a iniciar una iglesia, la cual empezó como un pequeño grupo y ahora es una red de iglesias con un alcance internacional de gran bendición para muchas personas que han decidido entregar su vida a Cristo.
Años después la mujer se mudó a aquella ciudad donde el primer hombre que le mencioné y empezó a trabajar junto con este hombre y muchas otras personas para acercar a cuantas personas había en sus caminos a los caminos de Dios, trabajó ayudando y aconsejando mujeres, no solo en la iglesia, sino en sus casas y en la cárcel, ha ayudado a muchas personas a encontrar la verdadera paz en sus vidas y a descubrir que hay mas allá de sus circunstancias y que Dios no las envió a este mundo a sufrir y a sobrevivir en un mundo lleno de adversidad.
Aquel primer hombre del cual le hablé, tiene un sobrino, el cual a la edad de 11 años decidió entregar su vida a Cristo, solo por ver lo que Dios había hecho en la vida del hombre y su familia, años después ese chico serviría junto con su tío en la iglesia aquella que fundó en la ciudad que Dios le envió y descubrió que Dios tenía verdaderamente un propósito para su vida y años mas tarde no solo seguiría sirviendo a Dios, sino contando a miles de personas (mas de 13,000 de manera directa vía correo electrónico al día de hoy y mas de 18,000 por reenvíos de quienes le leen) lo que Dios hace en su vida con la firme intención de lograr que las miles de personas que le leen, se enamoren de Dios tal como lo esta el, ese chico ya no tan chico soy yo.
En resumen, he conocido personalmente a miles de personas que han cambiado su vida al entregar su vida a Cristo, a raíz de la obediencia de la mujer que le cuento, tengo el privilegio de ser amigo de esa mujer y platicar de las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas de manera constante y cada vez que la veo, entiendo la importancia de mi obediencia a la voz de Dios, que a veces pudiera sonar pequeña e insignificante, mas es una manera clara de Dios a retarnos a confiar en que es El quien nos habla.
Imagínese que hubiese sucedido si esa mujer hubiera decidido no escuchar la voz de Dios, toda la historia que le conté se hubiera alterado, y aunque afortunadamente la obra y los planes de Dios nos se alteran y seguramente estaríamos hoy en día en la búsqueda constante de Dios, pero esa mujer, probablemente tendría sus manos vacías para llegar delante de Dios a diferencia del día de hoy, ya que puede sentirse satisfecha y decir que su obediencia ha tenido efecto en miles y miles de personas y que lo que ella alguna vez entendió como la solución a sus problemas y una respuesta a su necesidad, Dios no solo lo suplió, sino lo transformó y lo potencializó a muchas personas mas allá de ella misma.
La cita de hoy habla acerca del sentido de urgencia que esta mujer tuvo, sabiendo que cada día que pasa la venida de Cristo se aproxima mas y mas, y que todo lo que Dios le ha dado, es para hacerlo crecer y no despreciarlo, y que todo el efecto de hacerlo, será como una gema más en nuestra corona, la cual debemos hace crecer y brillar tanto como podamos, de manera que sea agradable delante de Dios y que podamos cuando le veamos cara a cara, echar delante de El en reconocimiento a que fue realmente El quien hizo todas las cosas y solo nos permitió ser el instrumento para alcanzar a los miles que Dios tiene en fila para hacerlo.
Mi invitación de esta mañana es a que tome un tiempo, calle, espere y atienda a esa voz que habla desde su interior, esa voz es la de Dios, la cual tiene planes tan grandes o aun mas grandes incluso que los de la mujer de la que le platico, y que por medio de su obediencia a atender a esa voz, le transformará en el instrumento para alcanzar a miles y miles para Cristo, como lo ve en el ejemplo de hoy, no se necesita mucho, solo obedecer y permitir que Dios guíe nuestros pasos, de manera que podamos ir acumulando almas para Cristo y poder llegar delante de El con manos llenas de lo que El ha hecho por medio de nosotros, como ve?, se atreve?.