Me considero una persona muy afortunada y con una vida llena de anécdotas, pero hay una en particular que esta grabada en mi corazón y creo que la cuento a cuanta persona se atraviesa en mi camino.

 

Tengo un par de sobrinos que son parte del motor que mueve mi mundo (obvio después de Dios), pero en particular el mayor de ellos se encontraba en la famosa etapa del “por qué?”, en la que no importa que responda uno a su pregunta, siempre tendrá como contra propuesta un nuevo “por qué?”, el caso es que nos encontrábamos de visita en casa de mi hermano y cuñada y mi sobrino hizo su brillante aparición con su oleada de “por qué´s”, a lo que quise hacerle una jugarreta y le respondí: “nada mas porque sí, para ver quien preguntaba”, a lo que me esperaba de nuevo un “por qué?”, pero no fue así!, para mi gran asombro mi sobrino se llenó de emoción y me respondió con gran júbilo: “y si funciona!!,  porque yo pregunté!!”.

 

Creo que en ese momento me quedó mas que clara la inocencia que tenemos cuando somos niños y la gran fe que ponemos en aquellos que son nuestras autoridades y mayores, que podemos creer en lo que nos digan y no importa que tan ridículo y absurdo parezca, simplemente no creemos en la malicia de las personas, solo creemos que quieren lo mejor para nosotros.

 

La cita de hoy se trata de eso, creo que es una de las mas famosas de la Biblia, además de ser una de las que mas interpretaciones y opiniones con tintes personales debe de tener, pero a su vez una de las menos comprendidas, ya que en realidad a pocos les termina de quedar claro como esta eso de volverse a hacer niños o de como recuperar su inocencia, o acaso estoy equivocado?.

 

El hacernos como niños es hacer simplemente como hizo mi sobrino, creer a ojo cerrado que mi respuesta era el resultado de un plan altamente secreto y sumamente elaborado para hacer que alguien preguntara algo en particular, si cuestionarlo y simplemente por la autoridad que represento para el creerlo, obvio con la diferencia de que Dios si en definitiva creó y planeó todo antes de crearnos y todo lo hizo a nuestro favor.

 

Un gran amigo y mentor alguna vez me explicó acerca de nuestra alma, la cual se corrompe fácilmente y no se puede dar marcha atrás sobre un proceso tal, pero, eso no nos deja desamparados, afortunadamente la Biblia esta llena de ejemplos mas grandes y mas asombrosos de cientos de hombres y mujeres que simplemente recuperaron su carácter de niños al creer sin cuestionar lo que Dios les habló.

 

Cuando pienso en esto, me quiero imaginar a Abraham creyendo en la promesa de Dios acerca de un hijo y lejos de cuestionar el como es que Dios lo haría padre a sus mas de 100 años de vida, se puso a “googlear” nombres para su hijo y un buen restaurante para invitar a su mujer a una “noche romántica”, o si Noé en vez de mortificarse de como construir un barco y el como deshacerse de los desechos de cientos de animales, hubiera ido a la ferretería mas cercana a buscar colores para el exterior de el Arca que Dios le acababa de encargar que hiciera y en escoger un color lo suficientemente varonil y que reflejara su personalidad pero que a su vez no lo metiera en problemas con su mujer.

 

La fe no tiene que ser un acto solemne que se resigna a creer algo que no entendemos, sino tiene que ver con el como aplicamos aquello que Dios nos promete a nuestras vidas, y como vamos a disfrutar de ello.

 

Hay personas que dicen orar con fe, pero no están dispuestas a asombrarse por la respuesta de Dios, ya que en realidad no tienen fe en Dios y en que su voluntad para nuestra vida es perfecta, sino tienen fe en que Dios les cumplirá su capricho, por ello es que muchas personas tienen problemas con disfrutar su fe.

 

El hacernos de nuevo como niños tiene que ver con que simplemente creamos, disfrutemos lo que creemos y de quien lo creemos, que el hecho de creer nos acerque mas a ese quien nos prometió y que por medio de ello alcancemos cosas aun mas grandes de las que creemos necesitar o querer.

 

Por tal mi invitación para este arranque de semana es a que tome un tiempo y busque en su Biblia ejemplos relacionados a su oración y se tome la libertad de creer y asombrarse, tal como lo hizo mi sobrino, entienda que detrás de lo escrito hay un plan elaborado desde antes de la creación con un impacto en la eternidad y solo creyéndolo se hará parte de ese plan y de esa eternidad.

 

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