Es interesante como los medios y la mercadotecnia influyen en nosotros, han transformado nuestra manera de vivir y nuestra manera de percibir las cosas y ni siquiera nos damos cuenta, ya que estamos expuestos a ella todo el tiempo.
Hace unos días entendí esto, estamos en una etapa donde todo se trata de metas y de ciclos, nos han enseñado a tomar retos y lograr cosas todo el tiempo, llegamos a una meta y ya estamos planeando la siguiente, todo se trata de las metas y los logros como si con ello ganáramos puntos y pudiéramos canjearlos por una gran recompensa, que por cierto nunca lograremos canjear ya que estaremos muy ocupados alcanzando las siguientes metas.
Cuando comparo esto con las generaciones pasadas es donde me doy cuenta de ello, no puedo evitar el pensar en mi abuela paterna quien es una amante de las flores, y toda su vida anheló tener un gran jardín de flores, pero no lo tenía como una meta, solo era un anhelo, pero por mientras eso sucedía, llenó su casa y sus ventanas con macetas y floreros y siempre ha tenido flores por todos lados y todos los días tomaba un tiempo para observarlas y contemplarlas.
Con el tiempo, las cosas se dieron para que tuviera un gran jardín (casi media hectárea), donde no solo lo llenó de flores, sino hasta un pequeño lago pudo mandar hacer y obvio rodearlo de flores, también hizo una terraza que daba al jardín, lo llamaba su “pequeño Acapulco” (ella vive en Alemania y solo en Acapulco y en su terraza dice haber disfrutado tanto del sol), después de una larga temporada de disfrutar aquello que anheló por muchos años, decidió que era mucho trabajo mantener un jardín tan grande y una casa tan grande y vendió todo aquello para hacerse de un pequeño departamento que obviamente ha llenado de flores también, desde el tapiz de las paredes, hasta las cornisas de todas sus ventanas, me encanta que no importa cuantos años pasen, cada vez que hablo con ella por teléfono me platica de sus flores, de cuales están de temporada y de como van floreciendo unas y otras.
Las generaciones actuales no sabemos hacer eso que hace mi abuela, las generaciones actuales, vivimos esforzándonos y hasta cierto punto sacrificándonos todo el tiempo para obtener ciertas cosas y cuando las obtenemos tratamos de disfrutarlas tan rápido como podemos para poder seguir esforzándonos por las siguientes cosas y metas, uff! solo de pensarlo me canso!.
El porque es así, es simple de entender, las generaciones pasadas tenían un plan de vida y estaban muy conscientes de lo que tenían y lo que podían lograr, no tenían acceso a tanta información como lo tenemos el día de hoy y tenían muchas menos medidas que rigieran y definieran su estatus y su bienestar.
Hoy por hoy parece que persiguiéramos algo que no sabemos si vamos a alcanzar y pensamos que el alcanzar ese algo va a resolver nuestra necesidad y nuestro mundo definitivamente, de hecho me sorprende como es que oramos, cuando tenemos alguna deuda oramos y pedimos a Dios salir de esa deuda, como si eso fuera a garantizar nuestra estabilidad económica y no fuéramos a tener problemas económicos nunca mas, hay personas que piensan en casarse y oran por ello, como si al alcanzar la meta del matrimonio, el amor en su vida y la estabilidad emocional estuvieran garantizados por el resto de sus días.
La mercadotecnia y los medios han hecho esto, nos enseñan a obtener metas, pero no nos enseñan que hacer una vez que las obtuvimos y como disfrutar estas metas alcanzadas, por ello siempre estamos buscando nuevas metas y cosas por obtener y alcanzar.
La cita del día de hoy es un llamado a la conciencia, una invitación a hacer un alto en nuestras vidas a detenernos y disfrutar lo que tenemos, lo que somos y lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, de hecho, muchas veces no sabemos como tener una relación con Dios, ya que no sabemos como medir a Dios, ya que Dios no es una meta, a Dios no lo podemos alcanzar, y como no lo podemos medir de esa manera, no lo sabemos disfrutar.
Dios es alguien que esta de permanente en nuestras vidas y pretende ser parte de todo lo que hacemos y de todo lo que vivimos, así como lo son las flores en la vida de mi abuela, no importa en donde este, ni el tamaño del lugar donde viva, hay flores por toda su casa y disfruta igual de las macetas que ocupan sus cornisas como lo hizo con su “pequeño Acapulco”, y como sabe que cada flor tiene su temporada las disfruta a cada una de ellas de acuerdo a la misma.
Mi invitación del día de hoy es a que piense en cuantas metas hay en su vida y a que recuerde cuanto tiempo hace que no se detiene a disfrutar el logro de las últimas metas que logro, para que de esa manera pueda hacer una pequeña pausa todo el tiempo y no solo disfrutar el logro de las metas, sino el proceso de alcanzarlas, bien dicen que la felicidad no es una meta, sino una manera de vivir, no lo cree?.
También le invito a que disfrute no solo lo que Dios le da, sino disfrute a Dios cuando interviene en su vida, disfrute lo que tiene cada día para decirle, disfrute el proceso de ser bendecido, no solo la bendición, acompáñese de Dios y téngale en todos los aspectos de su vida.