He dado varias vueltas a la idea de cómo empezar el devocional del día de hoy, ya que trata específicamente de entender algo que es difícil de entender y de hacer algo que es difícil de hacer, es decir, las cosas de Dios.

Amo el hecho de dejarme asombrar por Dios, justo anoche telefoneaba con Joel un amigo de Monterrey y nos poníamos al día con respecto a las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas y recordábamos las cosas que nos sucedían hace años y como de ser simplemente conocidos pasamos a ser colegas de trabajo y ahora amigos mas que cercanos, mejores amigos.

Si usted supiera las circunstancias en las que Joel y yo nos conocimos, pensaría que las probabilidades de que fuéramos amigos algún día eran mínimas, pero sabe, teníamos una cita divina arreglada por Dios, donde las cosas no se dan de inmediato, pero si se dan siempre de acuerdo a un plan que es perfecto y que no tiene alternativas, simplemente es, dentro del cumplimiento de ese plan, podemos pretender que hacemos nuestra voluntad, pero la verdad es que no es así, así que por así decirlo, aunque Joel y yo no hubiéramos hecho clic desde un principio, no nos quedaba de otra mas que ser mejores amigos por designio de Dios, bendito sea Dios!, si no, de lo que me hubiera perdido.

así como Joel y yo tal vez nunca pensamos en ser amigos, Abraham nunca creyó ser padre, es decir, yo siempre he orado por buenos amigos, créalo es algo que pido a Dios y no sabe la manera en la que me responde, curiosamente mis buenos amigos son aquellos que menos espero, así mismo, Abraham oraba por tener un hijo, pero sabia que le era físicamente imposible, y que según sus fuerzas y su entendimiento jamás lo lograría, hubo una cosa que cambio su manera de tener fe, y eso es la promesa de Dios.

Dios vino a Abraham y le prometió un hijo, vino a Noe y le prometió lluvia en medio de una tierra desértica, vino al pueblo de Israel y le prometió libertad, vino a María y le prometió dar a luz un hijo siendo virgen, y así sucesivamente, es decir, la vida de cada una de estas personas cambio algo imposible por algo posible solo por la mano de Dios, pero el hecho de creerlo fue lo que hizo el cambio en ellos, ya que los hizo justos.

Yo se que en este momento ha de estar frunciendo el seño y preguntándose «justos??», y si, así es, como lo lee, el creer las cosas que Dios nos promete nos hace justos, es decir, si Dios nos promete algo y no lo creemos, acusamos a Dios de ser un mentiroso, eso nos aleja de la justicia, pero si creemos lo que nos promete, aunque sea algo que no palpemos con nuestros ojos y no podamos percibir con nuestro entendimiento, o de acuerdo a las leyes naturales, nos hacemos justos, ya que reconocemos la omnipotencia de Dios, y entramos en la dimensión de su justicia, que no tiene nada que ver con la justicia de los hombres.

Hay personas que al hablar de Dios se sienten hasta cierto punto juzgadas en su fe y suelen decir frases como «yo creo mucho en Dios», pero pocas veces saben en lo que creen, y no es que sea malo, solo que es limitado, veo a personas diario batallar con sus finanzas y orar a Dios creyendo que los sacara de su situación, pero que no creen que el diezmar lo poco que ganan, harán que su dinero rinda de acuerdo a las finanzas celestiales las cuales son diferentes a las del mundo (Malaquías 3:10), hay personas que han batallado por encontrar pareja por años y se han rendido y aseguran que «Dios no tiene a nadie para ellas» y que probablemente «no sea la voluntad de Dios que se casen», sin tomar en cuenta que es un mandato y una promesa el que será diferente o hay quienes esperan un hijo y lo buscan por tantos métodos, sin tomar en cuenta el mandato y la promesa de Dios de fructificar, me asombra, que habiendo tantas cosas prometidas por Dios y nos aseguren ser justos, prefiramos ser injustos y batallar por nuestra propia cuenta y por nuestros propios medios.

Esta mañana le quiero invitar a lo siguiente, apunte la cita de hoy, si es usted ama de casa, peguela en su refrigerador o en el lugar donde la vea mas constantemente, si trabaja usted en una oficina, peguela en la parte superior de su computadora o en un lugar que sea visible, de manera que cada vez que dude al respecto de algo, esta cita le recuerde que hay una promesa en la biblia para ello, y que podrá ir a buscar esa promesa, para poder creer con justicia y de esa manera seamos usted y yo como Abraham llamados amigos de Dios.

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