Anoche tuve la oportunidad de cenar con Marcos y Cristina en la ciudad de Baltimore, adicional a ponernos al día acerca de las cosas que han pasado en nuestras vidas desde que no nos veíamos, terminamos platicando acerca de la necesidad de acercarse a Dios, y de cómo es que muchas personas no se acercan verdaderamente a Dios ya que quieren hacer las cosas a «su manera», y de cómo las personas aseguran una y otra vez que la biblia puede ser interpreta por cada persona de manera distinta, es decir, cada quien como la va entendiendo, y fue ahí donde empecé a discrepar, ya que desafortunadamente es un hecho más que común que las personas que suelen usar ese tipo de argumentos, son aquellas personas que nunca o en pocas ocasiones se han tomado la molestia de leer una biblia, y no tengo que irme lejos en pensar que hayan leído la biblia en su totalidad, en realidad el tiempo invertido en esta tarea, es mínimo en pocas ocasiones me toca encontrarme con personas que hayan leído mas allá de un par de páginas, con suerte un par de capítulos, en pocas, muy pocas ocasiones un libro de los que comprende la biblia.
Lo que muchas personas no entienden, es que la biblia no es un libro lleno de reglas y de cosas que no podemos hacer pero que queremos hacer o de cosas que debemos hacer pero no queremos, la realidad es que la biblia está compuesta de una serie de historias fascinantes, no tiene usted idea! , tiene una concordancia perfecta entre tiempos, hechos, promesas y sus cumplimientos, solo es cuestión de tomarla y comenzar a leerla y dejarnos enamorar por las maravillas ahí escritas, y con la certeza de que por medio de ello, podremos conocer el corazón y el carácter de Dios, de hecho no hay otro lugar para hacerlo.
La Biblia nos da identidad y nos permite ver quiénes somos, quienes podemos ser y a definir quienes queremos ser, sin ello, estamos inevitablemente jugando a las adivinanzas todo el tiempo.
La palabra de Dios nos enseña una cosa muy específica, que cuando Dios está en nuestra vida, se nota, lo asegura de tal manera que nos deja más que claro que habrá señales que nos seguirán, lejos de que las busquemos, además de eso, son señales que reflejaran nuestra intimidad con el Padre, ya que el poder del Espíritu Santo se manifestará de manera similar y mayor a como se manifestó en Cristo.
Esta mañana no voy a profundizar mucho, le invito a que lea la cita de hoy, a que lea la palabra de Dios y le conozca a la manera de Él, no a la de usted, al fin y al cabo, nuestra relación con El, se trata de Él y no de nosotros, y es Él quien nos invita a experimentarle y que esas señales de las que habla, no sean ocasionales, sino como dice en la cita de hoy, que nos sigan a todo lugar que vayamos….