2 Timoteo 1:9 (Reina-Valera 1960)
Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.

Hay quienes se atreven a decir que tienen muchos conocidos, pero pocos amigos, lo cual me parece un poco difícil de entender, ya que tengo el gran gusto y honor de vivir una situación por completo distinta, por mi trabajo he tenido que mudarme constantemente, he tenido que vivir en varias ciudades de México, he viajado por todo Centro y Norte América y me mantengo en constante movimiento y he tenido la fortuna de hacer muchos amigos, si amigos, la diferencia entre amigos y conocidos, es que a quienes son mis amigos, les he entregado mi corazón y mi confianza y he recibido los de ellos, los conocidos solo cuentan con mi simpatía y yo con la de ellos.

El secreto de tener muchos amigos, mas allá de conocidos, no tiene que ver con mi personalidad, ni con el hecho de viajar tanto, pero no entendía yo del todo el porque, hasta que un día en una platica del Pastor Joel Osteen, entendí que Dios nos realiza «citas divinas» es decir, Dios pone en nuestro camino personas que tendrán un impacto en nuestras vidas, o por el contrario que tenemos la responsabilidad de impactar, de las cuales aprenderemos algo o que tendremos el privilegio de enseñarles algo y que están ahí, para permanecer el resto de nuestras vidas.

Así como Dios pone en nuestro camino personas que tendrán un efecto permanente en nuestras vidas, también así ha dispuesto que nosotros lo tengamos en otras personas, y si lo pensamos bien, todo lo que hacemos en esta vida va relacionado a nuestras relaciones con las otras personas, y por tanto podemos entender que tenemos un llamamiento santo, debemos de estar preparados para realizar aquello que Dios nos envío y que estemos listos para hacerlo en el momento que nos sea indicado por El.

La cita de hoy nos habla de ello, nos enseña que tenemos un llamamiento santo y esto se refiere a que hemos sido diseñados con un propósito desde lo alto y que es lo que fuimos llamados a hacer en nuestra estancia en esta vida, como camino a la siguiente vida en la eternidad, hay quienes piensan que para hacer las obras de Dios primero hay que ser buenos y hacer buenas obras, para poder ser bendecidos, pero no es así, lo único que tenemos que reconocer es que hemos sido llamados a hacer buenas obras y que el talento y la gracia para hacerlos, nos ha sido dado por el Padre, confirmado por el Hijo, asegurado por su sangre en la cruz y nos es otorgado en el momento que lo decidimos hacer por medio del Espíritu Santo.

Esta mañana le quiero invitar a que tenga un cambio de actitud, que no vuelva a pensar que tiene pocos amigos, sino que entienda que toda aquella persona que ha cruzado su camino tiene al igual que usted un propósito en su vida y usted uno en el de ella, lo cual nos lleva a asirnos a esas personas y sacarles el jugo y permitir que nos lo saquen a nosotros, no por lo buenos o malos que podamos ser, sino simplemente por que Dios nos ha dado su gracia, el favor y el talento para hacerlo.

Aprenda a descubrir que tiene un llamamiento de parte de Dios y que este llamamiento es santo porque es enviado desde lo alto y que no tiene usted que llenar una serie de requisitos para llevarlo a cabo, todo lo necesario para hacerlo ya le fue dado por Dios, y no tiene que esperar a que algún día lo realice, esta gracia, favor y talento le fueron dados desde el principio de los tiempos y los empezara a usar el día que usted lo decida hacer, porque no empezar hoy mismo?.

Rene Giesemann
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