Romanos 8:28 (Reina-Valera 1960)
Más que vencedores
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Cuando estamos en aprietos o en un problema, solemos orar, algunos rogar y clamar desesperadamente para que Dios haga el milagro de cambiar esa situación, en ese momento solo nos importa que esa situación cambie, y no nos interesa otra cosa, de manera que pedimos eso y solo eso, no volteamos a derecha ni izquierda y si nos cuestionaran no veríamos otra alternativa o solución que la que pedimos, le suena conocido?
Recuerdo bien el día que deje de fumar, y le digo el día, porque fue un día en especifico, hacia años que decía que quería dejar de fumar pero la realidad es que estaba casi que esperando que Dios me quitara las ganas de fumar para dejar de hacerlo, yo siempre pensé que solo Dios podía hacer eso.
Un día 4 de enero de 2002, tuve una plática con Dios acerca de este tema, y le puse verdaderamente en sus manos la situación en la que estaba y le dije que en esta ocasión si quería dejar de fumar, pero que no sabía ni veía como lo iba a hacer, así que pondría todo de mi parte para hacerlo pero necesitaba de su ayuda para que me fortaleciera en el proceso. Orgullosamente le comparto que desde el 5 de enero de 2002 hasta a fecha no he tocado siquiera un cigarro de nuevo.
Y le pido que no se quede con la idea de que Dios mágicamente me quito el vicio, no, para nada, ese día decidí dejar de hacerlo y concentre todas mis ganas y esfuerzos en ello, solo deje de fumar, pero eso no me quito las ganas de hacerlo, eso no me quito la ansiedad de la falta de nicotina, sobre todo con la gran cantidad de cigarros que fumaba, pero Dios me dio las fuerzas no de aguantar, sino de pasar por un proceso, había días que soñaba que fumaba, pero despertaba a mitad de la noche y sabia que Dios me daba las fuerzas de soportar, hasta que incluso mi subconsciente se alineo con la idea de que no habría más cigarro en mi vida.
La enseñanza para mí no fue el hecho de que Dios me haya quitado el cigarro, sino de que El actúa en procesos con propósitos y no simplemente hace favores, el dejar de fumar me llevo a crecer en determinación, perseverancia, dominio propio y le puedo decir que no sería capaz de levantarme cada mañana a escribir estas líneas si no hubiera aprendido de la disciplina de depender de Dios en mi proceso de dejar de fumar.
La cita de hoy os habla de que todo nos ayuda a bien a los que amamos a Dios y muchos se consuelan pensando que todo viene de Él, cuando es al revés, las situaciones adversas no vienen de Dios con un propósito, sino que todas las situaciones tienen el potencial de llevarnos a Dios cumpliendo un propósito, es decir, Dios no hace «por algo» las cosas, sino que todo lo que nos sucede tiene el potencial de hacernos crecer hacia El si lo permitimos, la diferencia radica en su decisión.
Hay personas que son engañadas por su pareja y tienen 2 opciones, ser víctimas del engaño o ser capaces de perdonar verdaderamente y convertirse en luchadoras y luchadores por su matrimonio, Dios definitivamente los respaldara con las fuerzas y a sabiduría necesaria para hacerlo, hay quienes son afectados por una enfermedad y tienen 2 opciones, sufrirla o decidir salir adelante, conociendo de Dios y declarando todo lo que en su palabra esta declarado al respecto.
La diferencia radica en decidir, y yo le quiero preguntar, que decide usted con respecto a su situación actual?, Simplemente seguirá sufriendo de aquello que le acosa o va a decidir cambiar su situación con la plena convicción de que Dios le dará lo necesario para vencer en su proceso.
Rene Giesemann
giesemann@gmail.com
Página en Facebook