En lo personal siempre he sido enemigo de la frase «Dios por algo hace las cosas», porque en lo personal esta frase limita a los que la usan a no esforzarse a buscar ese propósito de lo que les acontece, cuando siempre hay una manera de saberlo ya que Dios quiere en realidad pocas cosas muy precisas para nosotros pero de gran trascendencia.

La cita de hoy es un muy claro ejemplo de ello, ya que nos recuerda  el beneficio permanente que es Cristo, cuando sano al paralitico estaba rodeado de fariseos y conocedores de la ley y estos se escandalizaron al escuchar que Cristo le perdono sus pecados y no porque no le reconocieran como Hijo de Dios, sino porque estaban más acostumbrados a tener un Dios de acción reacción que un a Dios que salva, pero el plan de Cristo al venir a la tierra era muy distinto, El vino a enseñarnos que primero tenemos que ser salvos, para que aquello que haga en nosotros tenga un efecto permanente, y aprendamos a amar al que hizo el milagro y no amemos al efecto del milagro o al milagro mismo.

Diario leo correos, escucho platicas y recibo preguntas de por qué Dios no responde a las oraciones de las personas, y de acuerdo a esta cita es muy fácil y sencillo de explicar, Dios primero desea hacer un efecto permanente en nosotros antes de hacer lo pequeño, lo cotidiano y lo fácil (¡ojo! Su salud y su economía están dentro de este rubro), primero desea que nuestro corazón le ame a Él y no al favor o al efecto del favor que le pedimos, ¡imagínese! Hay quienes piden esposo o esposa según su caso para que puedan amarle, pero ¡jamás obtendrán aquello si tenemos la intención de anteponer a esta persona en nuestro corazón a Cristo! ¿Le hace lógica?, ¡pero a un con quienes aman el dinero o los bienes materiales!

Por tal motivo, le invito a que este fin de semana reflexione sobre ello, ¿que es lo que está usted pidiendo a Dios? ¿Lleva mucho orando por ello? ¿Esta seguro(a) que lo está pidiendo por el motivo correcto?, ¿que está dispuesto a dar a cambio?, ¡no! ¡no sacrificios!, ¡no promesas!, lo único que Dios desea es el primer lugar en su corazón, pero el verdadero primer lugar, saque a lo que este o a quien este en ese primer lugar dentro de su corazón y delo a el único que lo merece, y entonces sí, prepárese, porque las ventanas de los cielos derramaran maravillas sobre usted, y podrá como el paralitico levantarse y caminar cargando la camilla que antes le cargaba a él.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *