Es interesante el leer y escuchar continuamente como muchas personas no se sienten amadas por Dios, aunque en realidad es algo que no termino de entender, como no nos puede amar alguien que dio su propia vida por nosotros y no solo porque nos ama, sino mucho mas allá, dio su vida, porque ya sabía que le íbamos a fallar y que caeríamos en tentación y que pecaríamos, por eso se dio cuenta que la única manera de realmente darnos salvación era despojándose de su naturaleza de Dios y dando su vida de hombre por nosotros, trate de imaginarlo, es como si el presidente de un país decidiera acudir a un reclusorio y purgar la pena de muerte por un multi-homicida, sin si quiera estar involucrado o conocerlo, así de impactante pero más grande y asombroso todavía!

Al leer lo anterior me imagino que usted como yo nos quedamos pensativos y aun hay quienes se quedan con la duda de: «entonces ¿por que cuando obro mal tengo la sensación de que Dios ya no me quiere?», o de «¿por que cuando oro siento que Dios ya no me escucha?, ¿acaso ya no me quiere?»

La respuesta es sencilla, nuestro acusador nos anda rondando, o bien como muchos lo llaman o conocen «el diablo», este conoce a la perfección la palabra de Dios y trata de usarla en nuestra contra y se aprovecha de nuestra ignorancia de la misma y usa solo partes de ella para encararnos, exponernos y hacernos sentir mal, y lo mas triste de todo es que le damos oportunidad, ¡imagínese! ¡Hay quienes no van a la iglesia porque sienten que no son dignos de estar en presencia de Dios!, y claro, no son dignos, pero no son dignos por ellos mismos, pero son dignos por Cristo que ya pago por sus culpas, no olvide eso, y con esto no quiero decir que vaya por el mundo pecando al fin y al cabo que Cristo ya pago por ello, pero si tenga la garantía que cuando por algún motivo haya caído, siempre tiene la oportunidad de regresar al refugio del Padre a restaurar sus heridas.

Cristo vino a ser ejemplo, fue un hombre prospero en todos los sentidos de su vida terrenal ya que era obediente al Padre y a sus mandamientos, fue poderoso en su vida Espiritual por que el Padre puso su poder en El, pero ambas cosas las dejo a nuestra disposición, ¡si vivimos conforme a sus mandamientos que son 2 solamente! (Mateo 22:35-41), tendremos la certeza no solo de que Dios nos ama, sino de que sus beneficios nos acompañan de continuo.

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