Hay un dicho que dice «la esperanza es lo último que muere», mas es una frase que se usa mas como un consuelo que como una frase de aliento o una invitación a seguir adelante con nuevas fuerzas.

Siempre llama mi atención que cuando las personas dejan de creer en algo o simplemente se rinden, tratan de una manera ya casi descorazonada de no admitir su rendición y de alguna manera «echar la bola» a la cancha de Dios diciendo «Dios sabe porque hace las cosas», en otras palabras, nuestra boca está llena de frases vacías que no representan lo que realmente sentimos o son usadas por la pereza de esforzarnos un poco mas y realmente investigar con Dios el porqué nuestro anhelo no ha sido cumplido.

La esperanza es una cosa muy simple, es la fe acompañada de una acción, es decir, si no dejamos de tener fe y activamente nos esforzamos por obtener aquello que esperamos, tendremos esperanza, en pocas palabras ¡la esperanza no muere a menos que nosotros la matemos!.

La Biblia nos enseña que la fe vine por el oír, el oír la palabra de Dios (si no, ¿en que tendríamos fe?), entonces, la mejor manera de tener fe, es conociendo de la palabra de Dios, y al conocerla aprenderemos que Dios siempre cumple aquello que promete, y si su anhelo va alineado a la voluntad de Dios, le aseguro que se cumplirá, solo mantenga su esperanza viva, es decir, crea, pero crea dinámicamente.

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